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La ciudad de Nueva York sigue dando pequeños pasos en el lento retorno a la normalidad tras el destructor paso de la tormenta “Sandy”. EFE/Justin Lane

Reanudan algunos servicios tras paso de Sandy

La ciudad de Nueva York dio un importante paso hacia la recuperación de su ritmo frenético con la reanudación de parte de las operaciones en su tren subterráneo, tres días después del paso de la supertormenta Sandy, aunque en la vecina Nueva Jersey, los funcionarios y habitantes quedaron conmocionados por las imágenes de la devastación en la costa y por las noticias de que miles de personas en una ciudad seguían aisladas en medio de una fétida inundación.

NUEVA YORK/AP

La ciudad de Nueva York dio un importante paso hacia la recuperación de su ritmo frenético con la reanudación de parte de las operaciones en su tren subterráneo, tres días después del paso de la supertormenta Sandy, aunque en la vecina Nueva Jersey, los funcionarios y habitantes quedaron conmocionados por las imágenes de la devastación en la costa y por las noticias de que miles de personas en una ciudad seguían aisladas en medio de una fétida inundación.

La decisión de reabrir el jueves las partes no dañadas del sistema de transporte más grande de Estados Unidos fue adoptada mientras el número de muertos llegaba a más de 80 en Estados Unidos, donde Sandy cortó además el suministro eléctrico para más de 4,6 millones de viviendas y negocios. Días antes, el huracán Sandy dejó otros 69 muertos a su paso por el Caribe.

En Nueva York, la gente salió en mayor número a las calles, ante la reanudación de parte del servicio de trenes superficiales y subterráneos. Los tres principales aeropuertos recuperaron sus servicios al menos en forma limitada, y la Bolsa de Valores de Nueva York realizó operaciones por segundo día consecutivo, tras cancelar un par de sesiones.

El corredor ferroviario de la empresa Amtrak en el noreste, el más utilizado del país, transportaría de nuevo a los pasajeros por esa zona densamente poblada a partir del viernes.

Pero centenares de personas debieron formar fila para esperar los autobuses; los vehículos se aglomeraron en filas de varios kilómetros (millas), e igualmente fue necesario hacer colas muy largas para cargar gasolina.

Y cientos de miles de habitantes, tan sólo en la ciudad de Nueva York, carecían aún de energía, particularmente en el Bajo Manhattan, que siguió en penumbra apenas al sur del rescacielos Empire State, luego que las inundaciones dañaron la infraestructura eléctrica.

Se agravaron las preocupaciones por las personas ancianas y pobres que quedaron prácticamente atrapadas en los pisos superiores de complejos de vivienda en la zona sin electricidad. Para muchos de esos habitantes, la situación se complicaba en espacios oscuros, sin ascensores ni alimentos.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ordenó la distribución de comida para esos residentes. La falta de electricidad comenzaba a ser un problema mayor para muchos, pues la temperatura en Nueva York descendió a unos 4,44 grados Celsius (40 Fahrenheit), el miércoles por la noche.

Rima Finzi-Strauss abandonó su apartamento y tomó un autobús a Washington.

“Estábamos tres personas sentadas en el vestíbulo la otra noche, con velas, y unos hombres muy amenazantes pasaron por ahí, en medio de la oscuridad”, relató. “Y todos se marchan, lo que empeora las cosas”.

En Nueva Jersey, la otrora paradisiaca costa del Atlántico, famosa por la serie televisiva “Jersey Shore”, quedó en ruinas. El presidente Barack Obama y el gobernador Chris Christie sobrevolaron el área devastada el miércoles, a bordo de un helicóptero.

“Estamos aquí por ustedes. No toleraremos el burocratismo”, advirtió Obama.

La advertencia que emitieron otros estuvo relacionada con el calentamiento global y con la posibilidad de que las tormentas sean cada vez más intensas.

Ciudadanos compran combustible en una gasolinera de Nueva York. EFE/Justin Lane

“Los próximos 50 o 100 años, van a ser muy diferentes a lo que vimos en el último medio siglo”, dijo S. Jeffress Williams, científico emérito del Centro de Ciencias Woods Hole en Massachusetts, dependiente del centro de Estudios Geológicos de Estados Unidos. El nivel del mar sube rápidamente, y las tormentas destructivas ocurren cada vez con más frecuencia, dijo Williams, quien consideró que la situación empeorará.

Frente a Nueva York, al otro lado del Río Hudson, las aguas comenzaron a bajar lentamente en la ciudad de Hoboken, donde unas 20.000 personas permanecían atrapadas en sus viviendas. La Guardia Nacional ayudaba con las evacuaciones, pero se advirtió a los habitantes que no se aventuraran a caminar entre las aguas, contaminadas con residuos orgánicos y químicos, en una región de mucha actividad industrial.

Además, las autoridades instaron a los habitantes de toda Nueva Jersey a ahorrar agua. Por lo menos 1,7 millones de consumidores carecían de electricidad en el estado, y comenzaron a estallar algunos altercados entre la gente que esperaba para comprar gasolina.

Las condiciones meteorológicas siguieron azotando la zona el jueves, aunque con una fuerza mucho menor. Se acumuló hasta metro y medio (cinco pies) de nieve en Virginia Occidental, donde los remanentes del huracán se unieron a dos sistemas invernales.

En la región, florecieron muestras de solidaridad entre la gente golpeada por la tormenta. Algunas personas dieron techo a quienes perdieron sus viviendas. Otras invitaron a los residentes afectados por la falta de electricidad o agua para que visitaran sus viviendas, a fin de ducharse o cargar las baterías de sus teléfonos celulares

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