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Orlando J. Icaza

Lo dejaron en bicicleta

Uno de los eventos que más impactó en mi vida recientemente, fue el de estar entrando a un supermercado del pueblo donde vivo y encontrarme en el parqueo a un prominente médico con la barba medio rasurada en ropas un poco harapientas aparcando una bicicleta bastante sarrosa. Me saludó apenado y contesté el saludo extrañado. Cuantas veces no había visto yo a ese hombre aparcando su BMW último modelo, vestido de casimir inglés bien perfumado y sin contestar mis buenos días, entrando al hospital donde ambos trabajábamos haciendo lo mismo. Era entonces un hombre famoso por sus cirugías, conocido por sus frecuentes humillaciones a sus empleados y colegas, y donde su palabra era ley que se cumplía al chasquido de sus dedos.

Por un error médico asociado a sus abusos alcohólicos, lo había perdido todo: su familia, profesión y hasta su licencia para manejar, por lo tanto se tenía que desplazar en bicicleta para poder adquirir sus necesidades básicas para vivir. Yo diría que lo único que había ganado era la dignidad de conocerse por primera vez de quien era en realidad.

“Lo dejaron en bicicleta” pensé en mis adentros y desde entonces este pensamiento ha estado conmigo cada vez que me encuentro a otros que por ahí que deambulan creyéndose dioses en este mundo natural.

Los griegos de la ancianidad describían este comportamiento anormal como Hubris (también llamado hibris que significa orgullo y arrogancia extrema) y a su consecuencia como Némesis (también llamada Rhamnusia de la divinidad griega Rhamnous y que significa la venganza o retribución divina de aquellos que sucumben al Hubris)

Su literatura abunda en ejemplos.

Homero la describe en la Odisea , Heródoto en sus historias, Sófocles en la Antígona , Aristóteles la define en la Retórica . Sin embargo, es este un tema para ser profundizado en las excelentes columnas periodísticas de mitología y literatura griega de don Luis Sánchez Sancho.

Ambos conceptos son mencionados en La Biblia . Un simple ejemplo es definido en el libro de Los proverbios (16:18).

La literatura y la historia moderna también están llenas de estos términos.

El británico sir Ian Kershaw uno de los mayores expertos en historia sobre la Alemania nazi, en su biografía sobre Adolfo Hitler y en muchas de sus otras obras incluyendo: Estalinismo y Nazismo: Comparación de Dictaduras; Hitler 1889-1936. Hubris y Hitler 1936-1945. Némesis, martilla incesantemente sobre estos conceptos griegos.

John Milton los menciona en El Paraíso Perdido .

En la actualidad se habla del síndrome Hubris convirtiéndose quizás en una más de las múltiples enfermedades psiquiatras o quizás en uno más de los siete pecados capitales todavía no descritos en los libros de ética y moral cristiana.

Son muchos los jefes de corporaciones, cabezas de grupos religiosos, jefes de estados y hasta jefes de familias que lo padecen.

El síndrome parece ser adquirido cuando por casualidades de la vida, una persona llega a ocupar un alto cargo del que por lo general al comienzo no se cree digno ni capaz, pero por la adulación de los que los rodean, la persona va cegándose hasta perder la noción de la realidad llegándose a creer que es un dios, sintiendo placer en humillar y dominar a los que le rodean hasta que llega el momento en que se derrumba por un error que cometen. Luego, se preguntan todavía incrédulos, del por qué de su desgracia.

Me parece que en Latinoamérica y sobre todo en Nicaragua, hay muchos ejemplos de Hubris y Némesis. Basta mencionar a algunos de los más recientes de su historia como el caso de Zelaya, el de los Somoza y el de los sandinistas del ochenta.

Ahora que celebramos los días patrios y a tanto héroe nacional, espero que los que nos gobiernan y ocupan altos puestos tanto en el Ejército, Policía, Cámara de Comercio, jerarquía eclesiástica, Presidencia de la República, médicos, poetas y empresarios importantes no padezcan de este síndrome y si se siente con algunos de sus síntomas, busquen tratamiento a tiempo para que no los dejen en bicicleta.

El autor es médico. M.D. Lady Lake, Florida.

Opinión fiestas patrias griegos literatura archivo

COMENTARIOS

  1. Bud Spencer
    Hace 12 años

    No lo dejaron en bicicleta, se quedó andando en bicicleta, y no por arrogante sino por el vicio del licor, no necesariamente es un castigo sino más bien una consecuencia de su vanidad que lógicamente es producto de su arrogancia pero no es el mismo mal, lo contradictorio es que ahora que demuestra humildad Usted lo sigue tachando como lo que era antes, también Usted es arrogante, se debe dar perdón para obtener perdón.

  2. LB Montoya
    Hace 12 años

    ¿Cómo se llama el susodicho doctor?

  3. El Equino
    Hace 12 años

    Muy interesante, real y filosofo.

  4. nica made in usa
    Hace 12 años

    Bonita historia y a la vez triste,pero no falto de la vida real,que pasa con mas frecuencia de lo que pensamos;muchos no lo pueden soportar y se suicidan con un balazo en la cabeza;otros terminan de vagabundos o en las drogas y el alcohol

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