Querida Nicaragua: Pienso que la idea de remover la vieja pretensión del canal interoceánico es un asunto meramente publicitario, una enorme cortina de humo para cubrir los desafueros e ilegalidades que son aquí el pan cotidiano.
Tal pareciera que algunos fanáticos danielistas han tomado en serio el gigantesco proyecto, cual si se tratara de unas cuantas cuadrillas de hombres armados de picos y palas abriendo una zanja en medio de Nicaragua, o de dragar el Cocibolca con una draga al estilo Pastora.
Por pura lógica me imagino que solo los estudios de factibilidad tardarían algunos años, lo que me hace pensar (mal pensado que soy) que don Daniel lo que busca es un nuevo pretexto para permanecer largo tiempo en el poder.
Según sus propias declaraciones el proyecto se desarrollaría en diez años, lo cual significa que don Daniel piensa permanecer en el poder por lo menos hasta el año 2022. Porque según su mentalidad el canal es idea suya y debe hacerse bajo su administración o no hay canal.
Otras consideraciones sumamente importantes que hay que tomar en cuenta son las siguientes: este Gobierno está lleno de funcionarios ilegales. El primer funcionario ilegal, ilegítimo, e inconstitucional es el propio don Daniel, y naturalmente un presidente ilegal no debería poder firmar ningún convenio asociativo de semejante envergadura.
De manera que lo primero que tendría que hacer este desgobierno es tratar de legalizarse, sustituyendo a todos los funcionarios de facto que existen actualmente y luego repetir el proceso electoral fallido de noviembre de 2011, con amplia observación nacional e internacional y con todas las garantías para los partidos políticos de oposición, ganar la elección y obtener así la legitimidad que necesita.
La realización del canal interoceánico requiere el impulso de un gobierno auténticamente democrático, respetuoso de la ley, fiel cumplidor de la Constitución Nacional y amigo de todos los sectores nacionales que deberán participar en un proyecto vital como este. Un proyecto de tal naturaleza no puede dejar por fuera a ninguno de los sectores nacionales que aportarían todos sus talentos en algo que verdaderamente nos compete a todos.
Es muy importante tomar en cuenta a todos los nicaragüenses en un proyecto de canal interoceánico, ya que no se trata de un negocio particular sino de una empresa del Estado, de un proyecto obligadamente nacional, que tendrá que estar bajo la vigilancia de todos y cada uno de los sectores formando parte de una directiva administradora del proyecto canalero.
Sobre todo no debe creerse que un proyecto de esta naturaleza le pertenece a ningún presidente en particular, es un proyecto de nación, el cual requiere la continuidad del caso y el buen manejo independientemente del tipo de gobierno que sea elegido en los periodos electorales.
Es así como funciona el Canal de Panamá, que es orgullo de los panameños y que le produce enorme estabilidad económica a la hermana nación centroamericana.
Un canal interoceánico no es un juego de niños ni debe ser un instrumento politiquero, se trata del futuro luminoso de nuestro país, se trata de heredar, al fin, a nuestros hijos y nietos un país solvente, libre, soberano y democrático.
El autor es director general de Radio Corporación.
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A