Joaquín Absalón Pastora
Notas Clásicas
Cinco instrumentos fueron invitados con el propósito de lucir sus facultades. Cada una de trascendencia en la particularidad sonora. Se juntaron el 25 de mayo, en el Teatro Nacional Rubén Darío.
Me refiero al quinteto de viento de Filadelfia, Liberty Winds, integrado por lo clásico en un grupo así. Flauta: David Digiacobb; Oboe: Alexandra Vonder; Clarinetista: Rie Suzki; Fagotista: William Short; Cornista: Adam Lesbick.
El discurso tuvo variedad temática, revivieron el concepto poético que tuvo de la música Hugo Riemann. La poesía placentera compartida entre cinco compañeros agradando a los afortunados de saber gobernar el dúo de la visualidad y la audición, incluida una verdad en parangón con sus implicancias ofrecidas por el lenguaje silvestre del fagot, pero gracioso en contraste con la flauta, como el arpa cuando lanza la gracia celestial de su proclama.
Los intérpretes, activos cada uno, moviéndose con su inspiración ceñida a la boca, poniendo la diversión tan jovial en Haydn con su divertimento escrito para grupos como el clásico de la noche en el cual no podía incurrirse en improvisación audaz, esos resultados de la emoción inmediata que no pueden salirse del contexto trazado por el autor.
Inesperada fue la curiosa selección que se hizo de melodías de Puccini, evaluativo de lo que es capaz de hacer la imaginación en notas concebidas para otros géneros distantes del formal de ópera, acostumbrada a lucir su esbeltez en el drama más no en la chispa donosa de esa heterogénea instrumentación. Y más sorprendente, cautivador fue saber que ellos podían congeniar con la idiosincrasia folclórica de Camilo Zapata y Carlos Mejía Godoy.
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