CHAPARINA, Bolivia/AFP
El canciller de Bolivia, David Choquehuanca, que intentaba reiniciar negociaciones con indígenas amazónicos opuestos a la construcción de una carretera a través de una reserva ecológica fue forzado a marchar con ellos y utilizado como escudo para romper una barrera policial.
Los incidentes se produjeron luego de que el jefe de la diplomacia boliviana buscara reiniciar un diálogo con los indígenas, que desde hace más de un mes caminan desde la Amazonia hacia La Paz en rechazo a una vía asfaltada que impulsa el presidente Evo Morales, constataron periodistas de la AFP.
Choquehuanca ofreció dialogar con los dirigentes de los nativos en otro poblado más al sur de Chaparina, a 38 km de distancia, o que todos los manifestantes -que suman unos 1.000- fueran trasladados a la sede de gobierno en autobuses, una propuesta que fue rechazada.
Los aborígenes insistieron en continuar su marcha, pese a que frente a ellos se ubicaba una barrera de policías antimotines que desde hace una semana les impedía continuar su curso hacia La Paz invocando que pretenden evitar enfrentamientos en Yucumo, a 7 km de Chaparina, donde los aguardan indígenas aliados del presidente Evo Morales.
Los manifestantes se lanzaron sobre los policías y rompieron el cordón policial, ubicado sobre un puente, mientras el canciller Choquehuanca era obligado a encabezar la marcha de los protestantes.
“Hay un policía herido”, dijo escuetamente el director de Régimen Penintenciario, Boris Villegas, quien monitoreaba los incidentes desde una camioneta a varios metros de distancia.
El uniformado habría sido alcanzado por una flecha en el cuello, dijeron varios policías que corrían detrás y junto a los nativos para evitar mayores desmanes.
“¡Vamos a La Paz! ¡Viva la marcha!”, vociferaban los nativos, mientras lanzaban insultos contra el canciller y un viceministro que lo acompañaba. Ambos sufrieron empellones, pero no resultaron heridos.
El jefe de la diplomacia boliviana, de la etnia aymara y carta negociadora del gobierno con los aborígenes, marcha junto a los manifestantes “de manera obligatoria”, aseguró desde el lugar de los hechos el viceministro de Coordinación Gubernamental, Wilfredo Chávez.
Entre tanto, en Yucumo decenas de colonos leales al presidente Morales se organizaron ante las noticias de que los nativos habían roto el cerco policial, y anunciaron que frenarán la marcha por la fuerza, mientras se atrincheraban detrás de promontorios de tierra y troncos, constataron periodistas de la AFP.
“Estamos preocupados, porque no hay diálogo y vienen”, dijo un dirigente de los piqueteros leales a Morales, Jhonny Manasas, mientras minuto a minuto el grupo de bloqueadores aumentaba su número.
“¡El canciller está secuestrado! ¡El canciller está secuestrado!”, gritaba una mujer que circulaba en motocicleta en Yucumo con un altavoz en la mano, llamando a los pobladores a dirigirse al corte de ruta para impedir que los manifestantes opositores sigan hacia La Paz.
En la sede de gobierno, el ministro de la Presidencia, Carlos Romero, afirmó que el “gobierno está evaluando” los incidentes, mientras su colega de Comunicación Iván Canelas, sostuvo que el poder Ejecutivo “lamenta lo ocurrido”.
Canelas también culpó a ex autoridades oficialistas que se sumaron a la marcha opositora en los últimos días, como el ex embajador de Bolivia en Estados Unidos, Gustavo Guzmán, y el ex viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz.
La carretera de 300 km que se pretende construir, y que originó la polémica, debe cruzar una reserva ecológica en el centro del país. Los indígenas amazónicos dicen que afectará el medioambiente, mientras que el gobierno defiende la obra porque generará desarrollo regional.
