Ya podrán vivir y dormir con tranquilidad los habitantes del barrio capitalino San Cristóbal, que viven cerca de la iglesia evangélica Pozo de Restauración, porque una juez ordenó que los cultos ya no se hagan con altos niveles de ruido.
El pastor de dicha iglesia, Martín Ariel Rivera Guerra, fue además condenado a pagar una pena pecuniaria de 718 córdobas, porque fue encontrado culpable por el delito de perturbación por ruido en perjuicio de la población aledaña, por ser el instigador de los escandalosos cultos.
La Juez Sexto Local de lo Penal de Managua, Ivette Pineda, ordenó a la Policía que vigile para que en la Iglesia no se hagan más cultos que produzcan ruidos con niveles superiores a los establecidos por la ley.
Ana Ulloa, quien vive frente a la iglesia Pozo de Restauración, declaró en el juicio que existe un rótulo en la misma, informando que los cultos son los días martes, jueves, sábados y domingos, de 6:30 p.m. a 8:30 p.m., pero la realidad es que el ruido que emanaba de la Iglesia era todos los días y a toda hora.
Según Ulloa, las personas no podían ni conversar dentro de sus casas y los jóvenes tenían que esperar a que terminara la bulla para poder realizar las tareas escolares.
Los vecinos de la Iglesia tuvieron que quejarse en la Dirección del Medio Ambiente de la Alcaldía de Managua, en el Ministerio de Salud (Minsa) y en la Procuraduría General de la República (PGR), y esta última institución acusó al pastor Rivera Guerra, logrando el fallo de culpabilidad.
Otro vecino, Mercedes Rigoberto Chávez, señaló que se trató de persuadir al pastor Rivera Guerra, pero éste siempre hizo caso omiso y siguió realizando los cultos ruidosos.
ALTO NIVEL DE RUIDO
Los especialistas en medio ambiente del Minsa y la PGR constataron que los miembros de la Iglesia, al realizar sus cultos, emitían sonidos que alcanzaban los 60.58 decibeles.
Según el Código Penal, artículo 534, durante la noche los niveles de sonido exterior no deben exceder de 45 decibeles a un metro de las fachadas de las casas.
El Procurador General de la República, Hernán Estrada, enfatizó que “para el Estado lo más importante es el bienestar de sus ciudadanos, a quienes les garantizamos su derecho a habitar en un ambiente saludable y con tranquilidad”.
Según la acusación, la iglesia Pozo de Restauración realizaba sus cultos no sólo dentro de su edificio, sino que también a veces en la vía pública.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 A