El misionero Alberto Boschi entregó ayer a los guardias de seguridad el documento en que apela, ante el Presidente de la República, Daniel Ortega, para que le devuelva la nacionalidad nicaragüense.
El documento fue recibido en la caseta de seguridad de la entrada de la residencia de Ortega, Secretaría General del Frente Sandinista (FSLN) y Casa de Gobierno.
Alberto Novoa, representante legal de Boschi, destacó que la apelación fue entregada para que, en un término prudencial de un mes, el presidente Ortega se pronuncie como superior jerárquico de la ministra de Gobernación, Ana Isabel Morales, quien anuló la nacionalidad nicaragüense de Boschi de manera irregular, según el jurista.
Novoa explicó que la acción de entregar la apelación en la oficina del mandatario nicaragüense fue realizada a petición de la misma ministra de Gobernación.
“Nosotros no venimos violentando ninguna norma, sino que la propia ministra nos señala y nos dice, dentro del término de ley, para que concurra ante la autoridad superior y haga uso de sus derechos. Entonces no es por exhibirnos”, explicó Novoa.
MEDIDAS EXCESIVAS
Boschi y un grupo de padres de familia y niños, beneficiados por los proyectos que él impulsa en Ciudad Sandino, fueron retenidos por vallas colocadas por efectivos de la Policía Nacional a 300 metros de la entrada de las instalaciones de la secretaría del partido de Gobierno, impidiendo que “el pueblo presidente”, como define el mandatario a los pobres, pudiese avanzar con su “papá Boschi”, como llaman al misionero de origen italiano.
En una segunda valla, ubicada a cien metros de la entrada de la “casa presidencial”, fueron retenidos los periodistas y sólo se permitió el acceso de Boschi, Novoa y dos representantes del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), para que llegaran hasta la caseta de seguridad.
Gonzalo Carrión, del Cenidh, comentó que aunque en todo el país existe un perímetro de seguridad para el Presidente de la República, el despliegue utilizado por la seguridad del sector fue excesivo ayer, tomando en cuenta que Ortega ni siquiera se encuentra en Nicaragua.
“Los que acompañan a Boschi no constituyen ningún peligro, hay que equilibrar seguridad con quien es la persona que los visita; los visita gente del pueblo de Ciudad Sandino”, dijo Carrión.
El representante del Cenidh espera que el presidente Ortega aproveche esta oportunidad de “hacer justicia” y no repita acciones de sus antecesores, que despojaron de nacionalidades a personas vinculadas al FSLN, cuando éste se hallaba en la oposición.
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