Este fin de semana voluntarios de Un Techo para mi País iniciaron la construcción de cinco, de 30 viviendas, en el asentamiento Marvin Salazar, de San Benito, en Tipitapa, para familias del lugar que fueron afectadas en abril pasado por un tornado que arrasó con techos, puertas y paredes de varias casas.
Mientras un grupo de jóvenes se afana en la construcción de su vivienda, Sady Nohemí Aguilar y su compañero, José Luis Solís, colaboran en lo que pueden, mientras en el fogón preparan la comida para todos.
El tornado dañó las pocas cosas que tenían, ya que la casa se quedó sin techo. La familia de Sady está compuesta por tres niños y dos adultos. Su pareja trabaja en lo que puede, a veces vende en el empalme de San Benito o en otros departamentos. Ella cuida de los niños, una niña de 7 años y dos varones, uno de 3 años y otro de siete meses.
La situación de las otras familias beneficiadas es similar, con la diferencia de que varias de las otras casas son sostenidas por madres solteras. Muchas de las familias son de Managua, pero también hay de otros departamentos, que antes vivían hacinados con familiares.
Danilo José Castellano, líder del barrio, dijo que en el asentamiento hay 1,816 familias.
“La gente que hay aquí es gente de bajos recursos que, tal vez con dificultades han hecho sus casitas. Pasó el tornado y se las llevó, quedaron peor, entonces la necesidades son grandes, le estamos suplicando al Gobierno que nos eche un ojito aquí (preste ayuda)”, solicitó Castellano, quien agradeció el esfuerzo de los voluntarios, pero señaló que hace falta aún más para responder a las necesidades.
LABOR DE HORMIGAS
Los voluntarios de Un Techo para mi País llevan 159 viviendas construidas en distintos asentamientos de Managua y otros departamentos, incluyendo las 10 casas que este fin de semana construyeron en total en los barrios Marvin Salazar, Rubén Darío en Managua y en Chinandega.
La meta para el año es hacer 400 viviendas en Managua, León, Chinandega, Granada, Matagalpa, Jinotega, Masaya y Rivas.
Ana Lucía Álvarez, subdirectora social de Un Techo para mi País, explicó que para seleccionar el lugar donde construyen, valoran que sean asentamientos vulnerables y realizan encuestas casa por casa, valorando el estado físico de la vivienda, la situación socioeconómica de la familia, como sus ingresos, el número de adultos y niños o si la propietaria es madre soltera, entre otros aspectos.
A la familia se le solicita lo que Álvarez denomina corresponsabilidad, ya deben aportar el 7.5 por ciento del costo de la vivienda, que son 100 dólares a pagar en dos cuotas.
En las próximas dos jornadas en el Marvin Salazar, en San Benito, Tipitapa, construirán 18 casas más.
Para construir las casas la organización recauda dinero de organismos no gubernamentales y la empresa privada, por ejemplo.
Este año movilizará a más de 200 jóvenes para hacer una jornada de recaudación de dinero y realizar un concierto con artistas nacionales e internacionales. En junio harán un concierto especial para recoger fondos y continuar construyendo en el barrio Marvin Salazar.
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