Cinco perros calientes para Remmy y su delicioso menú
Antes que se la quiten vayamos a ver Ratatouille, una cinta que dará qué hablar en los próximo Oscar por su calidad, detalles, música, historia, desarrollo y hasta la opción libertadora de no aprovecharse del tema para sofocarnos vendiendo marcas internacionales.
Sobre su calidad he de reconocer que se entra en una nueva dimensión de producciones que se fija hasta en los últimos acabados, desde la hoja de laurel hasta las alcantarillas, una música sumamente escogida y milimetrada para entrar con el ambiente, una historia aparentemente sencilla pero llena de muchos mensajes de honestidad y amistad, un desarrollo de la trama bien establecido, sin fisuras y con un ritmo muy tranquilo, no como otras que parecen que vamos a velocidad de rayo.
Esta ratita llamada Remmy ha nacido con la habilidad de oler y disfrutar los sabores de las comidas y no la chatarra y desperdicios a los que está acostumbrada consumir su familia. Ha sido inspirada por Gusteau, el más afamado chef de París, quien la convencerá de vencer sus miedos y conquistar ese mundo del paladar.
Por un golpe del destino, Remmy llega a las entrañas de la capital famosa por su Torre Eiffel y llega directamente al local donde Gusteau, ahora fallecido, entregó su vida y promovió el lema de que cualquier persona es capaz de cocinar como los santos.
Pero Remmy tiene el evidente problema de ser una… rata, por lo que deberá usar un intermediario para hacer ver sus dotes y darse a conocer como la más famosa de los chef de la región.
Es una historia amena que nos adentra en esa especialidad de la vida, que es comer delicadezas y nos pasea desde su preparación hasta al ser servida en el plato, llevarla a la mesa y ver cómo el comensal se derrite de gozo.
Lo más interesante de esta producción es que no se rindió ante las presiones que seguramente tuvieron de empresas transnacionales de comida para que sus marcas se reflejaran en las imágenes. En estos tiempos en los que todo tiene precio, es llamativo y hasta da ganas de aplaudir esta decisión.
Según he podido averiguar, Ratatouille es un platillo francés, que consiste en freír tomates, chiltomas, cebollas, berenjenas o cualquier otro vegetal en aceite de oliva acompañado de pan, arroz o papas y a veces carne de pescado.