Martha Danelia Corea [email protected]
A los problemas financieros y de altos costos de operación, los pescadores artesanales agregan un tercero: los robos frecuentes de que son víctima de parte, según dijeron, de los barcos de bandera extranjera que no están respetando el acuerdo referido a las millas náuticas.
“Nosotros dejamos las redes en el mar, y en la noche los barcos vienen, se meten, se las llevan y nos hacen penca, nos dejan fregados, porque una red de éstas es cara, ya armada vale 4,000 córdobas y a veces eso no está al alcance de uno y ahorita tuvimos una gran pérdida, se nos llevaron nueve redes”, expresó Roberto Laínez de Poneloya.
Miguel Marenco, director de la Administración Nacional de la Pesca (Adpesca), afirma que la pesca comercial no está respetando el acuerdo ministerial que establece las tres millas náuticas que se dejó como área protegida para la pesca artesanal.
“Hay un acuerdo ministerial que establece las tres millas para la pesca artesanal, no se está respetando porque no hay capacidad (de vigilancia); primero, (porque) Adpesca (cuenta) con siete inspectores para todo Nicaragua y no somos Policía y el talón de Aquiles de la administración pesquera es la vigilancia y control, y no sólo mío, la Fuerza Naval tengo entendido que tiene sus problemas”, manifiesta Marenco al tiempo que reconoce que la vigilancia y control es frágil “por la falta de recursos” por lo que considera que se requiere fortalecer esta área.
“El camarón blanco, que es el más valioso, se refugia dentro de las tres millas, por eso se meten los barcos y la pesca artesanal no aprovecha ese camarón”, agrega Marenco.
No obstante, según Eduardo Padilla Cross, gerente general de Casa Cross que vende equipos de pesca, sus clientes le manifestaron que el problema radica en que estos barcos tiran las redes donde se captura de todo, dejando sin recursos a los artesanos.
“Estamos mal vendiendo una licencia, no podemos permitir que se lleven todo el futuro del país: nuestras especies marinas. Si nos quedamos callados, dentro de dos años aquí no hay ningún pescado. No sé cuánto pagan por una licencia, (pero) no creo que sea el dinero que corresponda a la cantidad de productos que se nos están llevando”, expresó Padilla.
Debido a esta situación es que el funcionario de Adpesca insiste en la aprobación de una nueva ley de pesca que sea “dinámica y moderna”.
Al respecto, Celso Guerrero, presidente de la Federación Nicaragüense de Pescadores Artesanales (Fenipesca), declaró que llevan siete años de estar “peleando” una ley de pesca donde se regule la entrada de barcos extranjeros y se respeten las tres millas náuticas dejadas como área protegida para la pesca artesanal.
“Ahorita andan unos 15 barcos rastreros que son los que realmente están afectando a la pesca artesanal y están afectando directamente el recurso porque no hay capacidad para seguir metiendo más embarcación. La solución única que podemos hacer es por la vía del diálogo con la Policía, Ejército y Adpesca, para detener un poco estos robos que están sucediendo”, denunció Guerrero.