- ‘En Nindirí, alcaldía les donó un terreno, pero tienen un plazo de dos años para construir”
Clarissa AltamiranoCORRESPONSAL /NINDIRÍ[email protected]
Carmen Cerrato, directora de la organización de discapacitados “Esperanza en el Futuro”, de Nindirí, solicita ayuda públicamente para construir un local donde atender a los discapacitados de la zona.
La tenacidad y gestiones de Cerrato y otros miembros de la organización lograron que la Alcaldía donara un terreno contiguo a la Policía, sin embargo, la Comuna les dio un plazo de dos años para edificar el local, de lo contrario el terreno regresará a las arcas de la Alcaldía.
Cerrato indicó que el Consejo Municipal donó el terreno y les han brindado mucho apoyo, pero ahora necesitan cumplir con el plazo impuesto para no perder lo que les costó mucho esfuerzo conseguir.
Cerrato, de 51 años, tiene problemas de parálisis en la mitad del cuerpo como consecuencia de una embolia cerebral que sufrió hace 16 años, producto de la depresión que sufrió cuando se llevaron a su hijo al Servicio Militar.
BUSCANDO AYUDA PARA AYUDAR
Aún con este problema de salud, a diario se le ve trasladarse en una bicicleta conducida por otro discapacitado que trabaja como voluntario en el centro “Esperanza en el Futuro”, en busca de ayuda para los miembros de la organización.
“Diario vamos a tocar puertas a la Alcaldía y otras instituciones para conseguir ayuda para los discapacitados de la organización que en total son 180 miembros, entre ellos 52 niños que sufren lesión cerebral, los que necesitan de terapia, y no las reciben por falta de recursos económicos”, explicó.
“Esperanza en el Futuro” atiende a 17 comarcas de Nindirí y a personas de Masaya que solicitan ayuda. Hasta el momento han gestionado ayuda con el organismo español “Una sonrisa para Centroamérica”.
ESPÍRITU DE SERVICIO A LOS DEMÁS
Carmen Cerrato, directora de la organización de discapacitados “Esperanza en el Futuro”, dijo que uno de sus sueños “es construir un centro para rehabilitación para los niños con problemas de parálisis cerebral, para brindarles atención adecuada ya que está demostrado que si un niño se atiende a tiempo, es posible que puedan caminar y valerse por sí mismos y no representar una carga para sus madres que son las únicas que cuidan de ellos”, expresó.
“Yo soy un ejemplo que por medio de las terapias que he recibido he podido caminar, aunque no completamente bien pero puedo hacer mis cosas sola y no dependo de nadie”, agregó
En medio de sus limitaciones físicas y económicas, Cerrato, en compañía de los demás discapacitados, elabora manualidades como cuadros, con materiales de piel de coco, cartulina y tusa, para venderlos y recaudar fondos con el fin de ayudar a otros discapacitados.
Indicó que diariamente son visitados por parientes de discapacitados para solicitar muletas, sillas de ruedas, o un repuesto, a lo que la organización da respuesta a cambio de una pequeña contribución. “Lo que nos dan los discapacitados son a veces veinte o treinta córdobas, es algo simbólico pero si no tiene, a como sea conseguimos lo que necesitan”, dijo.