Tu rostro
ilumina con tu mirada mi corazón
me enseña el camino que debo tomar
me atrapan tus pupilas
con ellas aprendo lo que es amar.
No cierres tus ojos
que son la luz en la oscuridad
no cierres tu boca
y fúndela en mis labios.
Sonríe día a día
y no pares de sonreír,
que no se cierren tus ojos
que no quiero morir.
Háblame todo lo que quieras
y no dejes de hablar
que tú dices sólo cosas bellas
¡dime! Siempre te voy a amar.
Tu rostro escenifica el amor
tu rostro escenifica la verdad
en tu rostro, la felicidad
y en tu corazón no existe maldad.
Orestes Obando