Los fraudes, la corrupción, la criminalidad de la clase política y del régimen dictatorial en Nicaragua son tan consustanciales al Estado nacional
Isela Baltodano
Ahora la batalla es contra los propios enemigos
Hoy la batalla no es contra invasores extranjeros, es contra usurpadores nacionales que creen que Nicaragua es su hacienda, como la de San Jacinto.
¿Cómo llenar el vacío de poder?
Quizá la necesidad de sobrevivencia, de protegernos los unos a los otros, nos obligue por fin a ponernos de acuerdo en una ruta viable a seguir. Hacer a un lado el pragmatismo resignado, la cultura caudillista y los intereses presidencialistas para dar por fin el lugar a la nación, esa que al final somos nosotros mismos.
Nicaragua el país de las múltiples violaciones y del “Amor en tiempos del Covid-19”
Otra evidencia de la indolencia institucional es que a pesar de que en la región centroamericana los países han cerrado sus fronteras, Nicaragua por el contrario las abre