La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó el jueves 2 de enero de 2025 a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) ampliar las medidas provisionales en el asunto Juan Sebastián Chamorro y otros respecto de Nicaragua, a favor del periodista Catalino Leo Cárcamo Herrera, por considerar que se encuentra “en una situación de extrema gravedad y urgencia de daños irreparables a sus derechos”.
La Corte-IDH emite medidas provisionales en casos de extrema gravedad y urgencia para evitar daños irreparables.
La solicitud de la CIDH se sustenta en que desde el 22 de noviembre de 2024, cuando la Policía sandinista del departamento de León secuestro a Cárcamo se desconoce su paradero.
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“Desde su detención, las personas asociadas al beneficiario han buscado conocer su ubicación ante las autoridades, sin que hayan obtenido información oficial”, señala el comunicado de la CIDH, que a su vez remarcó que Cárcamo es beneficiario de medidas cautelares desde 2018.
Avanzada edad
Además, el beneficiario es una persona de edad avanzada y sufre diversas enfermedades. Esta situación agrava el riesgo que enfrentaría en caso de ser detenido y encarcelado.
Por estas razones, instó al régimen Ortega Murillo a que adopte medidas para proteger a Cárcamo, informe sobre su paradero y lo libere, debido a la “imposibilidad del Estado de garantizar los derechos de las personas bajo custodia”.
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Leo Cárcamo se retiró después de 2018
Cárcamo Herrera nació el 22 de abril de 1963 en el municipio de La Paz Centro, en el departamento de León, a 57 kilómetros de la capital, Managua. Con esfuerzo, estudió la carrera de Periodismo y comenzó a trabajar en una emisora de León. Todos los días recorría en bus los 36 kilómetros que separaban ambas ciudades.
A mediados del 2000, sus problemas de salud se agravaron. Tenía diabetes e hipertensión. También padecía cataratas, lo que le dificultaba leer. Tras el estallido de la crisis sociopolítica de 2018 y ante el constante hostigamiento, decidió retirarse del ejercicio periodístico.
Los últimos tres años, el periodista los pasó en su vivienda en La Paz Centro, alejado de la radio y de la represión que aún se vive en Nicaragua.