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Socialistas democráticos repudian a socialistas totalitarios

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La agencia española de noticias EFE informó que “el Comité para América Latina y el Caribe de la Internacional Socialista expresó este martes (3 de diciembre de 2024) ‘su más enérgico repudio a la grave situación que atraviesa Nicaragua, donde se ha intensificado una brutal represión contra la ciudadanía, arrebatando los derechos y las libertades fundamentales que sostienen una democracia´”.

No es la primera vez que la organización internacional de partidos socialdemócratas, o socialistas democráticos, conocida por sus siglas IS, condena al régimen de Nicaragua y se solidariza con el pueblo nicaragüense que ha sido despojado de su libertad y privado de la democracia.

La condenó desde cuando estalló la rebelión popular cívica de 2018 que fue aplastada por una sangrienta represión. En enero de 2019 la IS expulsó de sus filas al FSLN que se había afiliado a ella fingiendo ser un partido socialista democrático, cuando en realidad era solapadamente totalitario. “El Consejo de la Internacional Socialista (reunido) en República Dominicana ha decidido expulsar al FSLN de la organización por las violaciones de derechos humanos y de los valores democráticos cometidas por el régimen de Ortega en Nicaragua. El socialismo es incompatible con la tiranía”, declaró en aquella ocasión la IS.

La nueva declaración de repudio de la socialdemocracia internacional a la dictadura de Nicaragua ha sido motivada por la imposición de una nueva Constitución claramente totalitaria, que elimina el pluralismo político y partidista, la libertad de expresión y de prensa, los derechos fundamentales de las personas, el Estado de derecho, las elecciones libres y la alternabilidad en el poder político, etc.

Al respecto, en su nueva declaración sobre Nicaragua la IS ha expresado que las nuevas reformas constitucionales “no solo violentan los principios esenciales de un Estado democrático y social de derecho, sino que institucionalizan el nepotismo, eliminan la autonomía municipal y subordinan las instituciones públicas al control absoluto de la familia presidencial”.

La declaración no hace alusión a que la nueva Constitución que se está imponiendo proclama (artículo 3) que el Estado nicaragüense se fundamenta en “ideales socialistas y prácticas solidarias”. Seguramente no lo mencionan porque saben que el socialismo invocado en la nueva Constitución sandinista es contrario al socialismo democrático, que según la IS es respetuoso de la libertad y los derechos humanos de todas las personas.

La declaración de la IS es una demostración más de que la dictadura de Nicaragua no solo es repudiada por partidos democráticos de derecha y centro, sino también por los que sustentan y proclaman un socialismo no revolucionario, moderado y reformista.

Pero más allá de eso, lo que se tendrá que hacer en Nicaragua, a nuestro juicio, no será sustituir el socialismo totalitario de Ortega y Murillo con el socialismo democrático que propugna la Internacional Socialista.

La tarea, inmensa y complicada, pero factible y necesaria, tendrá que ser restablecer la democracia liberal, reconstruir las instituciones democráticas de derecho y crear las condiciones para realizar elecciones libres y justas en las que los ciudadanos escojan la opción ideológica y política de su preferencia. Excluyendo por necesaria sanidad histórica, moral y política a cualquier otra alternativa totalitaria.  

Editorial
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