En medio de la crisis que enfrentan las exportaciones del ciclo 2023-2024 que concluyó el pasado 30 de septiembre, con una caída cercana al 20 por ciento, tanto en volumen como en valor, y de la decisión del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific) de fijar en 4 dólares por cada quintal exportado el aporte que darán los cafetaleros durante el 2025 al Fondo para la Transformación y Desarrollo de la Caficultura (FTDC), ahora algunas Alcaldías están cobrando hasta 1 dólar por cada quintal de café húmedo que sale de las fincas. Este cobro es ilegal y no es la primera vez que lo aplican.
En años anteriores este cobro lo realizaron algunas alcaldías de municipios de Matagalpa, entre ellas la de El Tuma-La Dalia y la de San José de Bocay y El Cuá-Bocay de Jinotega. Ahora lo anuncian algunas de Jinotega, entre ellas la de Santa María de Pantasma y en Nueva Segovia, aunque todavía no hay notificaciones oficiales, los concejales de algunos municipios le han expresado a los productores que el cobro puede ser de hasta 35 córdobas por cada quintal de café húmedo.
Según los dirigentes cafetaleros, con este cobro sube a casi 6 dólares el “impuesto” que deben pagar los productores por cada quintal de café que exporten, ya que se necesitan dos quintales de café húmedo para hacer un quintal seco o en oro, que es la forma en que se exporta el llamado grano de oro.
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Voracidad recaudatoria se traslada a los municipios
A criterio de algunos dirigentes del sector, que por temor a represalias evitan identificarse, la decisión de algunos gobiernos municipales de notificar a los productores, especialmente a los más grandes, que deben “matricular” la cosecha 2024-2025 -que inició el 1 de octubre- y pagar entre 30 y 35 córdobas (entre 70 y 95 centavos de dólar) por cada quintal de café húmedo que salga de las fincas hacia los beneficios secos, es una extensión de la voracidad recaudatoria que ha mostrado el régimen Ortega Murillo en los últimos años.
Además recuerdan que aunque este cobro es ilegal, no es la primera vez que los gobiernos municipales de las zonas con mayor producción intentan aplicar. La diferencia, aseguran, es que antes se hacían gestiones a través de las Asociaciones de Cafetaleros y si ellos no lograban resolver, llevaban la queja ante la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), que si tampoco conseguía respuesta trasladaba la gestión ante el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).
De hecho, en octubre de 2014, el Cosep denunció que las alcaldías de San José de Bocay y El Cuá-Bocay, ambos municipios de Jinotega, estaban cobrando 200 córdobas por cada quintal de café húmedo que salía de las fincas hacia los beneficios secos.
Cafetaleros pagarán casi US$6 por quintal
“Esto es ilegal y lo estamos denunciando. Es parte de lo que llevaremos a la próxima reunión de la Conatradec (Comisión Nacional para la Transformación y Desarrollo de la Caficultura). Lo vamos a informar obviamente al Gobierno y es parte de la mesa de trabajo que ya hemos solicitado con las alcaldías (…). Esto no puede seguir dándose y hacemos el llamado al Estado para que haga una revisión”, dijo el entonces presidente del Cosep, José Adán Aguerri, al presentar la denuncia.
En ese momento, el cobro se suspendió luego de las negociaciones en las instancias donde se presentó la queja. “Sin embargo, ahora ninguna de estas organizaciones existe, no hay asociaciones de cafetaleros ni de productores, hasta la UNAG (Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos) que dirigían los mismos sandinistas cerraron. Ahora no hay a quién ponerle una queja ni dónde recurrir, lo único que queda es dejarse atropellar por estos abusos”, dice uno de los productores consultados.
Los cafetaleres y el resto de sectores productivos ahora no cuentan con canales para gestionar sus quejas ante las instituciones del Estado. Las Asociaciones de Cafetaleros, Upanic, el Cosep y todas las organizaciones empresariales que existían en Nicaragua son parte de las más de cinco mil Organizaciones No Gubernamentales (ONG) a las que el régimen Ortega Murillo les ha cancelado la personería jurídica desde 2018, cuando inició la crisis sociopolítica que aún afecta al país y que también provocó la ruptura del modelo de dialogo-consenso que mantenía con los grandes empresarios a los que ahora trata con hostilidad.
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Exportación de cafetaleros retrocede siete años
Los dirigentes cafetaleros también explican que con este cobro se elevaría casi a 6 dólares el impuesto que se pagará por cada quintal de café que se exporte, ya que para sacar un quintal de café seco o pergamino se necesitan dos quintales de café húmedo.
Por tanto, los 4 dólares que pagaran al FTDC, más los casi 2 dólares que quieren imponer las alcaldías, elevaría casi a 6 dólares el impuesto en un momento en que el sector enfrenta grandes retos, por el cese de operaciones de Cisa Exportadora que dejó sin financiador a los productores que trabajaban con esa empresa y por los efectos de la variabilidad climática que en los últimos años han causado estragos en las plantaciones.
Cabe recordar que dicha empresas acopiaba, procesaba y exportaba al menos la mitad de cada cosecha de café, es decir alrededor de 1.5 millones de quintales de los 3 millones de quintales que en promedio se exportaron en las últimas cosechas. Cisa Exportadora suspendió actividades luego que el régimen Ortega Murillo la confiscó alegando una supuesta deuda de impuestos de 30 millones de dólares. Esto ocurrió solo unos días después de que Mercon Coffee Group, casa matriz de Cisa, se acogió al capitulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
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Sector no está aprovechando el buen precio
Además, el FTDC ahora administra una Conatradec dominada por el oficialismo y no rinde cuentas del uso de estos recursos que ya superan los 60 millones de dólares (ver infografía abajo) y muchos cafetaleros consideran que es “dinero perdido”.
En conjunto ambas situaciones provocaron que las exportaciones de la cosecha 2023-2024 que terminó el 30 de septiembre registren una caída de aproximadamente el 20 por ciento, tanto en valor como en volumen. Aunque todavía no hay un informe final de la cosecha, los reportes mensuales que publica en Banco Central de Nicaragua (BCN) detallan que en los primeros diez meses del año cafetero que acaba de concluir se mandaron al exterior 534,857 quintales menos que en los mismos meses de la cosecha anterior.
Esto provocó que los ingresos registraran un descenso de 123.78 millones de dólares en comparación con los percibidos en el mismo lapso en la cosecha anterior. Todo este retroceso ocurre pese a que el precio internacional del llamado grano de oro pasa por un buen momento, ya que lleva meses por encima de los 200 dólares por quintal, sin embargo, eso no está beneficiando a los productores nicaragüenses ni al país.
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