El excarcelado político Leonardo Rayo Tórrez, de 38 años, migró a Estados Unidos el 4 de abril del 2022 en busca de protección ante la brutal persecución que sufría por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua. Hoy se encuentra retenido en un centro migratorio en Las Vegas con una orden de deportación a Nicaragua, por lo que exreos políticos urgen al Gobierno norteamericano frenar esa orden ante el inminente riesgo que corre Rayo en el territorio nicaragüense.
“Es muy probable que ante los problemas depresivos, Leonardo Rayo no haya logrado defenderse racionalmente, ni haya logrado argumentar con vigor que él es un perseguido político en Nicaragua, y que en Nicaragua su vida, integridad, están en gravísimo peligro. Que las posibilidades que el régimen lo exponga como trofeo, como a (Douglas) Gamaliel, recientemente extraditado desde Costa Rica, son enormes”, manifestó el Grupo de Reflexión de Excarcelados Políticos (GREX) en un comunicado.
Rayo fue encarcelado por el régimen el 21 de julio de 2019, cuando cursaba su primer año de Diseño Gráfico en una universidad nacional, y fue excarcelado el 30 de diciembre de ese mismo año bajo el régimen de “convivencia familiar”. La Policía lo acusó entonces de robo a mano armada, presuntamente en el sector del Mercado Roberto Huembes de Managua, en perjuicio de un ciudadano de iniciales C.A.M.B.
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Tras su excarcelación, Rayo, como decenas de exreos, intentó reinsertarse al área laboral, sin embargo, le fue imposible. “El régimen no descansó un solo día, realizando labores de vigilancia y persecución sobre todos los excarcelados, incluyendo a Leonardo Rayo. Leonardo Rayo y dos de sus compañeros, abrieron un taller de mecánica junto con otros dos excarcelados, pero el acoso y presencia policial hicieron imposible su funcionamiento, hasta provocar su cierre”, denunció el GREX.
Incidente en EE.UU.
De acuerdo con el GREX, una vez que Rayo llegó a Estados Unidos se ubicó en la ciudad de San Francisco, California, donde trabajó como jardinero cerca de un año, posteriormente se trasladó a Utah, lugar donde residía hasta el momento de su captura por autoridades norteamericanas por un incidente cuando laboraba como despachador en una gasolinera.
“Fue denunciado por actos indecentes en la vía pública, ante la presencia de algunos menores de edad. Pero este asunto no pasó a más, ya que las autoridades aceptaron y confirmaron que a él se le había roto el pantalón por un mal movimiento corporal y en algún momento mientras caminaba, hubo quienes pensaron que era un acto obsceno”, describió el GREX.
Un integrante del GREX, bajo la condición de anonimato por temor a represalias, indicó a LA PRENSA que Rayo fue capturado el 16 de marzo de este año cuando se encontraba en su apartamento. “La Policía lo llegó a capturar a su casa después que alguien de quien se desconoce identidad puso una denuncia en su contra por actos lesivos”, indicó.
Tras analizar la denuncia, indica el GREX, Rayo fue “considerado no sujeto de ningún proceso, y la justicia operó a (su) favor”; no obstante en ese momento las autoridades detectaron que los tiempos para los trámites legales para asilo político se le habían vencido, lo que lo colocó en “una situación problemática, ya que procedieron a trasladarlo a una unidad carcelaria de migración”.
Orden de deportación y apelación
Rayo se encuentra en una cárcel migratoria de la ciudad de Las Vegas, Nevada, a donde fue trasladado desde Utah.
El integrante del GREX explicó a este Diario que la situación migratoria de Rayo fue detectada por la Policía. “Sus trámites están en cero y su tiempo se había vencido, por eso lo mandaron a migración, pero a otro estado de EE.UU. Él está en Nevada, no está en Utah, esto creó un grave problema para él, porque él estaba solo en Utah con sus amigos”, mencionó.
Ante la soledad y la incertidumbre por el traslado a la prisión migratoria, el juez lo recibió la semana pasada y le dijo que “su proceso migratorio va a continuar, pero que lo tienen que trasladar a Nebraska, pero (Rayo) le dijo que no quiere estar preso, y que mejor lo deporten a Nicaragua porque lo único que le ofrecía es trasladarlo y estar en prisión cerca o más de ocho meses. Por su estado emocional él acepta su deportación”.
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Rayo tiene hasta el 22 de mayo para presentar su apelación a la deportación. Ante la campaña que mantiene GREX para frenar la orden, recientemente han surgido una serie de liderazgos y organizaciones en busca de solución. La nicaragüense Miurel Sáenz, especialista en temas migratorios, ha asumido legalmente su representación.
“Nosotros como Nicaragüenses en el Mundo Texas, Inc. estamos prestando defensa legal migratoria (solo migratoria) en el caso de Leonardo Rayo. Él nos ha contratado en forma pro-bono (gratis) y ya estamos intentando someter para reabrir su caso”, dijo escuetamente Sáenz a LA PRENSA.
Por su lado el integrante del GREX manifestó que “se está trabajando en la apelación sobre la base de que él no estaba en condiciones de aceptar su deportación, porque su estado emocional no estaba bien, se está pidiendo una evaluación psicológica. De hecho para sus trámites migratorios él firmó contrato con una empresa norteamericana para que le hiciera todo, le estaban cobrando 8 mil dólares, él le pagó la mitad, y dejó de pagar porque le estaban robando”.
En esa misma línea, señaló que si no se logra frenar la deportación, la segunda opción que también se está estudiando son los procedimientos para que un tercer país lo pueda aceptar. “El proceso va en marcha, esperamos que en los próximos días esté lista la apelación, pero previo se quiere hablar con el juez, porque su proceso judicial terminó con la firma de él para la deportación, pero queremos agotar todas las salidas en el marco norteamericano, queremos que se flexibilice y se detenga su deportación porque su propuesta de regresar a Nicaragua es descabellada”, concluyó.
