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Lunin (rojo) fue la principal figura del Real Madrid. LAPRENSA/AFP

¡El Madrid desata la locura! El mejor equipo del mundo no pudo ante el mejor del universo

No era el primer portero, tampoco el segundo, sino el tercero, Lunin fue paciente en el banquillo en el Real Madrid hasta que cuatro años después le llegó su hora, consiguiendo que se olvidara a Courtois y se convirtiera en el héroe de la noche de Champions League

No era el primer portero, tampoco el segundo, sino el tercero, Lunin fue paciente en el banquillo en el Real Madrid hasta que cuatro años después le llegó su hora, consiguiendo que se olvidara a Courtois y se convirtiera en el héroe de la noche de Champions League en la eliminatoria que valía mucho más que avanzar a la semifinal, se eliminaba al campeón actual, al favorito a retener la orejona, y aunque al Madrid le espera al Bayern de Múnich en la siguiente etapa, eliminar al City era como tener medio trofeo en el bolsillo. El único equipo que en el papel parecía capaz de detener a los Merengues yace en el cementerio, con un portero ucraniano erigiéndose como el héroe, deteniendo dos tiros de penaltis tras el 1-1 (4-4 en el global).

Vimos una partida de ajedrez en un campo de futbol en la primera parte. El Real Madrid sabiendo gestionar el partido, apretar y contragolpear cuando el duelo lo ameritaba, recular y sufrir cuando el rival lo acorralaba, pero la diferencia en el primer tiempo fue la calidad técnica de los jugadores del Madrid. Bellingham bajó una pelota que parecía no tener mucho peligro como si tuviera pegamento en sus zapatos, abrió el campo con Valverde que encontró a Vinicius para centrar una pelota envenenada a Rodrygo, quien necesitó una segunda oportunidad con el fortuito rechace de Ederson tras detener el primer disparo. Rodrygo no perdonó. Frío y seguro en el toque final, mandó la pelota a las redes. El Madrid encontraba el júbilo al minuto 12, sacudiendo Manchester y apretando los pronósticos.

El arranque de juego fue excesivamente premeditado. Nadie se quería equivocar, ni tomar riesgos. Se buscaba el pase de seguridad, el City presionaba con cautela y el Madrid esperaba, olfateando el momento de pisar el acelerador. El City tenía más posesión y trataba de armarse desde atrás, mientras el Madrid sabía aprovechar momentos con una enorme calidad técnica al maniobrar en salidas con pequeños espacios. Camavinga disparó peligrosamente al 10’, tratando de emular lo del Bernabéu, pero Ederson calmó las aguas, y luego del gol de Rodrygo, los “Citizen” lo intentaron con Haaland en dos ocasiones, pero el travesaño dijo que no, mientras Bernardo Silva no podía rematar de cara a portería.

El City lo intentaba de todas formas y sacaba a relucir su disparo de media y larga distancia con De Bruyne y Foden sin mucha suerte, sin embargo, a partir del minuto 35 el cierre de la primera parte se volvió casi una pesadilla para un Madrid sobreviviente a las embestidas. Grealish por el costado izquierdo era un dolor de cabeza y De Bruyne se ratificaba como un insaciable en la búsqueda del gol que hasta intentó un olímpico, pero Lunin pudo desviar a tiempo.

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El partido cambió radicalmente en la segunda parte con el dominio absoluto del City. Era arrollador, pero sin premio, hasta que Rúdiger falló en el despegue y le entregó el balón a De Bruyne, el mejor jugador de los de Guardiola hasta la entrada de Doku. El anhelado gol de los locales por fin llegaba, se derrumbaba el Madrid que corría con la fortuna de recibir solo un gol ante tanta y tanta insistencia y llegada de sus oponentes. ¿Cómo aguantó el Madrid? Nadie lo puede explicar, los de Ancelotti estaban reventados físicamente, batallando con el corazón, porque ni las piernas ni futbol les quedaba, mientras el City desbordaba y apretaba para evitar el tiempo extra y los penaltis. Sin Vinicius y sin Rodrygo el Madrid estaba mutilado en ofensiva, no obstante, Valverde, Camavinga y Bellingham cargaban con el equipo ayudando a Nacho y Rúdiger, entretanto Militao llegaba a oxigenar la defensa y apoyar el juego aéreo.

El Madrid había llegado al final de la batalla milagrosamente con un solo gol en contra y era tiempo de pasar la estafeta a Lunin, quien mostró inteligencia, madurez y agilidad en la pena máxima tras adivinar tres y atajar dos: Silva y Kóvacic, haciendo olvidar el amargo sabor inicial del fallo de Luka Modric.

El mejor equipo del mundo no pudo ante el mejor del universo…

Deportes Real Madrid archivo

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