Desde finales del año pasado el sector ganadero enfrenta una mala racha que lejos de resolverse, sigue complicándose. Empezó en noviembre con el anuncio de que la mexicana Lala, principal procesadora industrial de leche, abandonó el país. En enero sufrió otro golpe con el cierre de la planta Prolacsa, en la que Nestlé procesaba otro porcentaje de la producción láctea. Casi de inmediato la ola de calor que afecta país redujo los niveles de producción de leche y ahora, la confirmación de 13 casos en Nicaragua del gusano barrenador provocó que Nicaragua declarara alerta sanitaria.
En 1999, Nicaragua fue declarada libre del gusano barrenador, pero desde mediados del año pasado, Panamá y Costa Rica reportaron la presencia del gusano. Incluso, las autoridades costarricenses reportaron hace pocas semanas el primer caso de una persona infectada. Ahora el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA) confirma que hasta el domingo 7 de abril tenían contabilizados 13 casos en reses, caballos, cerdos y perros.
Esto obligó al IPSA a declarar, a través de la Resolución Ejecutiva número 030-2024, Alerta Sanitaria Animal a nivel nacional. Además, activó el Dispositivo Nacional de Emergencia en Sanidad Agropecuaria (Dinesa) y declaró áreas bajo cuarentena oficial, delimitando zonas de contención sanitaria para la prevención, control y erradicación del gusano barrenador del ganado.
Lea también: Declaran alerta sanitaria animal a nivel nacional ante la presencia de “gusano barrenador en ganado”
¿Para que sirve la alerta sanitaria?
Wilmer Juárez, director de salud animal del IPSA, confirmó a medios oficialistas que los casos fueron detectados y están siendo tratados por equipos especializados, en fincas de Rivas, Río San Juan y Nueva Guinea. La entidad estableció una cuarentena de veinte kilómetros alrededor de cada una de las fincas afectadas y sus especialistas están visitando las fincas cercanas.
Según el funcionario, ya visitaron 2,335 fincas e inspeccionaron a 166,409 animales de todas las especies. Encontraron heridas en 19,107 animales y las curaron para evitar que la mosca que transmite el gusano los infecte.
Según los especialistas, la declaratoria de emergencia es un instrumento oficial que permite activar a todas las instancias públicas y privadas, para implementar una estrategia para frenar la propagación del gusano y erradicarlo, y así evitar las graves afectaciones que puede provocar en la producción de carne y leche, y en la estabilidad del hato nacional.
“Para el sector ganadero la declaración de alerta sanitaria es una buena señal, ya que nos coloca en una mejor posición ante el problema, que se comenzó a diseminar desde hace seis meses en Panamá, desde hace tres meses en Costa Rica y por tanto, es de esperarse que en cualquier momento se reporte la presencia de la mosca del gusano barrenador en Nicaragua”, dice el especialista en producción bovina, Ronald Blandón.
Según medios especializados, el gusano barrenador del ganado surge de las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, que deposita sus huevos en la piel del ganado, animales salvajes y hasta en seres humanos. Las larvas provocan miasis cutánea, que es una infección parasitaria conocida como gusanera.
¿Cómo se reproduce el gusano barrenador?
“El ciclo de vida de esta mosca es de aproximadamente 21 días, la hembra se aparea una sola vez en su vida y pone sus huevecillos en cualquier herida, incluso aquellas tan pequeñas como las causadas por las garrapatas. Los huevos se convierten en larvas y cuando maduran enterradas en la piel, tienen ganchos y espinas que se mueven barrenando hacia el centro de los tejidos, donde pueden provocar infecciones secundarias; cuando se desarrollan, las larvas salen de la herida y caen al suelo donde se convierten en pupas de donde luego sale la mosca”, explica el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), del Ministerio de Agricultura de Costa Rica, país que hace algunos días reportó el primer caso de infección en una persona.
Tenido en cuenta que la mosca se aparea una sola vez, uno de los mecanismos que utilizan para frenar su propagación es esparcir moscas machos estériles. La Comisión Panamá–Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg) produce masivamente estas moscas y las esparce. Según el director de salud animal del IPSA, desde hace tres meses el Copeg está esparciendo estas moscas en Panamá y Costa Rica y ahora lo hará también en Nicaragua para evitar que avance hacia los países del Triángulo Norte.
Nicaragua autorizó que el Copeg entre al espacio aéreo nicaragüenses y disperse tres millones de moscas en cada uno de los tres o cuatro vuelos semanales que realizará a partir de los próximos días, desde la frontera con Costa Rica hasta 80 millas náuticas hacia el centro del país.
Lea también: Ganaderos nicaragüenses en alerta ante posible resurgimiento del gusano barrenador
¿A quiénes afecta el gusano barrenador?
Solo en marzo, la Copeg realizó 77 vuelos de este tipo y esparció 304.59 millones de moscas machos estériles. Parte de estos vuelos son financiados por Estados Unidos a través de una donación de 10 millones de dólares que le hizo a Costa Rica y se desconoce sin también financiará los de Nicaragua.
Todos los seres de sangre caliente, incluidas las aves, los animales salvajes y los seres humanos son susceptibles a esta infección. Sin embargo, los efectos de esta enfermedad son especialmente devastadores en la ganadería bovina, ya que las reses enfermas pierden peso, la producción de carne y leche se reduce e incluso pueden morir.
Blandón explica que en los años 90 la mosca que transmite el gusano barrenador del ganado fue erradicada de Nicaragua y de todos los países ubicados entre México y Panamá. Esto se logró “gracias a la inversión de 130 millones de dólares, en la implementación de un programa eficiente y robusto que eliminó por completo este vector. Los recursos los aportaron principalmente Estados Unidos y México y se completaron con una contrapartida que aportó cada uno de los países del istmo centroamericano”.
Según Blandón, aunque las nuevas generaciones de ganaderos no conocen las afectaciones que provoca el gusano barrenador, lo importante es que Nicaragua y el resto de Centroamérica cuentan con una “experiencia sustancial y mecanismos sanitarios encaminados a controlar a este vector”.
Vigilancia para frenar al gusano barrenador
Por su parte, un dirigente ganadero, que por temor a represalias solicita anonimato, explica que paralelamente al trabajo que realice el IPSA junto a las instituciones involucradas en la declaración de alerta sanitaria es fundamental la participación de los ganaderos, ya que de ellos depende evitar la proliferación del gusano.
“Debemos estar alertas en el sentido de que en nuestras fincas revisemos constantemente el ganado para detectar posible heridas que puedan servir para incubar al gusano. Además, la comunicación tendrá que jugar un papel importante, ya que cualquier situación que se presente debe notificarse a la delegación más cercana del IPSA para evitar la propagación”, dice el dirigente ganadero.
Según los especialistas, se debe supervisar y tratar adecuadamente cualquier herida, incluidas las de los ombligos en los terneros recién nacidos, para evitar que se conviertan en la puerta de entrada de los huevos de la mosca que provoca la enfermedad.
Estados Unidos donó US$10 millones
Además, el dirigente ganadero advierte que los ganaderos deben estar conscientes de que si no realizan estos controles para evitar la proliferación del gusano, los daños a la sanidad animal incidirán en el desarrollo del hato. “Los ganaderos no podemos ser ajenos a esta situación y debemos estar atentos a la presencia de la mosca del gusano barrenador y tratar de erradicarla antes que la gusanera se múltiple. Para evitar la proliferación de la enfermedad es crucial que no transportemos animales afectados, ya que eso aceleraría la propagación de la enfermedad”, asegura.
Mientras tanto, Estados Unidos le donó a Costa Rica cerca de 10 millones de dólares para controlar y erradicar el gusano barrenador en ese país. Cerca de la mitad de esos recursos, 4.95 millones de dólares los manejará la Senasa a través del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa). El monto restante se administrará a través del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés).
La mitad de estos recursos se usará para ejecutar un programa intensivo durante dos años, que entre otras cosas permitirá ampliar el personal técnico y de campo, y los puestos de control y vigilancia para detectar la presencia del gusano barrenador del ganado. La otra mitad será para financiar los costos de los vuelos para dispersión de moscas macho estériles, que realiza Copeg y es la principal técnica utilizada para la erradicación del gusano.