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Fotografía de una valla con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y la vicepresidenta (y su esposa), Rosario Murillo, en un edificio de Managua. EFE/Archivo

Secretismo del régimen impide saber con certeza qué sucedería cuando Ortega o Murillo no estén

El dictador y su esposa concentran todo el poder en el país, donde existe una distorsión entre Estado-familia

Bajo el hermetismo que caracteriza a la dictadura de Daniel Ortega y su esposa y cogobernante, Rosario Murillo, es casi imposible saber qué pasa dentro de la casa familiar, ubicada en El Carmen de Managua, desde donde se controla el país y se ha dirigido la represión contra toda voz disidente, crítica u opositora.

Lo que está pasando en el seno de la casa familiar Ortega Murillo tomó de nuevo relevancia tras un curioso incidente en la comunicación telefónica de Murillo el viernes pasado, en la que se escuchó una voz pedir ayuda y luego se cortó la transmisión.

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El analista político Eliseo Núñez Morales opinó que la pareja no da explicaciones, porque no quieren verse como simples mortales que pueden tener un accidente común y corriente. Núñez valoró que el totalitarismo del régimen Ortega Murillo pasa por creerse dioses o al menos semidioses, que no rinden cuentas a los mortales y que no pueden ser dañados por nada ni por nadie.

Eliseo Nuñez Morales, abogado, opositor y analista político. LA PRENSA/Archivo

Para Núñez, este modelo totalitario se vuelve más grave y más complejo por la confusión Estado-partido-familia que instauró Ortega desde que regresó al poder en 2007.

“El país básicamente está en manos de ellos dos, no debería de ser así, pero así es, entonces cualquier cosa que pase con ellos tendrá consecuencias: desde que se enfermen hasta que mueran o cualquier otra cosa parecida”, dijo Núñez.

“Adicional a eso, vos tenés una distorsión enorme entre la relación Estado-familia-partido: la familia controla el partido y controla el Estado y la familia está por encima de todo y ellos como jefes de familia están a cargo de cualquier cosa que pase. Es absolutamente absurdo, ni siquiera es un modelo medieval, sino de sultanato”, agregó el analista político.

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¿Qué pasará cuando uno de ellos falte?

La socióloga Haydée Castillo también hizo ver la gravedad que supone que todas las decisiones del país estén concentradas en dos personas. Castillo valoró que al tener concentrado totalmente el poder en ellos dos, “lo que le pase a uno de ellos tendría implicaciones que podría desembocar o en una total anarquía en el país, o luchas y pleitos internos por cuotas de poder”.

“El grave problema en Nicaragua es que Daniel y Rosario se convirtieron en el partido, en el Estado, en la ley y se hacen sentir como ‘dioses’ que rigen los designios del país, sin que medie ni ley ni Constitución, ni poderes independientes, ni congreso del partido, absolutamente nada ni nadie que les dispute la toma de decisiones. Lo cual, al momento de faltar uno de los dos, y principalmente Daniel puede desembocar en luchas internas que se pueden generar entre sus allegados, o que el Ejército asuma el papel preponderante (que implica la militarización de la sociedad)”, expresó Castillo.

Haydée Castillo, socióloga y opositora desnacionalizada. LA PRENSA/Cortesía

Observando toda esta situación, los críticos no dudan que la familia Ortega Murillo y el anillo de poder de la dictadura quieran ocultar la muerte de alguno de ellos.

“Basta con recordar lo que pasó con la muerte de (Hugo) Chávez en Venezuela, para imaginar todo el teatro que envolvería un situación de estas en la que todo, todo se puede esperar”, dijo Castillo.

La socióloga también manifestó que con lo maquiavélico que son puede ser que estén “creando eventos simulados, para explorar las reacciones de sus allegados, del pueblo, de diferentes actores nacionales e internacionales y prepararse para ello”.

El país de la propaganda

La exguerrillera y disidente del partido gobernante FSLN, Dora María Téllez, manifestó que la dictadura Ortega Murillo ha convertido a Nicaragua en un país que oculta la información estadística real de todas las instituciones y lo que publican los medios oficiales es solo “propaganda” que venden cifras positivas de la economía, la salud, la educación, de manera que no se puede saber qué es cierto y qué es falso.

Téllez explicó que no solo es el falseamiento de datos, “sino que hay adulteración de prácticas institucionales, como las que se conoce en educación, donde los maestros están obligados a pasar de año a los alumnos para satisfacer los datos de que las promociones de los estudiantes son mejores que nunca”.

Dora María Téllez, opositora, ex guerrellera sandinista. LA PRENSA/Archivo
Dora María Téllez, opositora, exguerrillera sandinista. LA PRENSA/Archivo

En ese contexto, Téllez dijo que el secretismo se intensifica más cuando se trata de lo que ocurre con la familia Ortega Murillo, que es sabido que oculta las enfermedades de Ortega, así que consideró que será difícil saber qué estaba pasando cuando Murillo pidió ayuda.

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