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Los abogados que llevan el proceso de quiebra de Mercon Coffee Group en una corte federal de Nueva York dicen que las autoridades nicaragüenses están interesadas en resguardar la actividad cafetalera. Sin embargo, al ordenar la intervención de Cisa Exportadora y Mercapital, ambas filiales del grupo en Nicaragua, alegando una supuesta deuda de 30 millones de dólares en impuestos, se dificulta que las empresas funcionen con normalidad, tal y como se prevé en el proceso de acogida al capítulo 11 de la Ley de Quiebra estadounidense.
De las 12 empresas del Grupo, solo las dos de Nicaragua están paralizadas, el resto sigue el proceso de venta, acogiéndose a los beneficios del artículo 11. De mantenerse la intervención por parte de las autoridades fiscales de Nicaragua y no conseguirse un acuerdo, los representantes de Mercon Coffee Group y el Gobierno se pondría una lápida sobre la posibilidad de que ambas empresas retomen las labores que realizaban antes de la declaración de quiebra el 6 de diciembre de 2023.
Con esto, Nicaragua quedaría excluida del proceso de venta de activos para sanear las finanzas de Mercon, cuyo dueño mayoritario ahora es Sunloved Java Holdings LLC (SJH), que en junio de 2023 adquirió el 70 por ciento de las acciones a través de una inyección de capital de 27 millones de dólares que se destinó al pago parcial de la deuda.
Hay oportunidad de trabajar juntos
Según los abogados, varias multinacionales y empresas internacionales han expresado interés por adquirir el Grupo y podrían concretar ofertas en las próximas semanas. De concretarse esta venta, sin que exista un acuerdo entre el Grupo y las autoridades fiscales de Nicaragua, forzosamente las empresas en Nicaragua quedarían fuera y los acreedores locales, entre los que se incluyen los bancos Lafise, BAC, BDF y el estatal Produzcamos, quedarían excluidos, es decir, sin posibilidad de recuperar su dinero a través del proceso de pago que establezca el juez Michael E. Wiles, que lleva el proceso del capítulo 11.
Además, una posible venta de los activos de Nicaragua fuera del capítulo 11, quedaría expuesta a futuros reclamos en tribunales internacionales por parte del banco holandés Rabobank, principal acreedor de Mercon Coffee Group y poseedor, en calidad de garantía, de los activos de más de 12 empresas propiedad de Mercon, entre las que figuran Cisa Exportadora y Mercapital, que participan en el proceso de acogida del capítulo 11.
“Creo que vale la pena reconocer el interés válido del Gobierno de proteger esta industria tan importante para la economía nacional. Hay que apreciar que es un tema de interés nacional, pero para satisfacer esas necesidades, y proteger la industria nacional, existe la oportunidad de trabajar juntos, tanto Riveron, Mercon y Rothschlid, la banca de inversión que nos está representando en este proceso, y la corte del capítulo 11 de los Estados Unidos, con el gobierno Nicaragua”, dice Federico Cuadra del Carmen, socio especializado en compra y venta de compañías, del Bufete Baker McKenzie, cuyo grupo lleva el caso de capitulo 11 en la corte estadounidense.
Mercon necesita respuesta de Nicaragua
Según Cuadra, la colaboración de las autoridades fiscales de Nicaragua permitiría vender el Grupo con la operación de Nicaragua, ya que para algunos interesados es muy atractiva; y con eso se protegería a la caficultura nicaragüense e incluso a los acreedores, ya que el nuevo dueño seguramente estará interesado en que lo sigan financiando y eso facilitaría acuerdos con ellos.
“Al finalizar el proceso capítulo 11 en el escenario que se venda la compañía a un tercero, una multinacional, esa compañía podría seguir operando sin ninguna preocupación con otro acreedor, así sea Rabobank, así sea otro banco privado. Porque en la venta, el capítulo 11 protege al comprador, ya que el comprador se está ofreciendo a comprar una compañía que se encuentra en dificultad y reconstruirla para seguirla operando después del capítulo 11”, explica Cuadra.
Pero aclara que, para efectos prácticos, esta operación necesitaría el consentimiento del Gobierno de Nicaragua y que los interesados en comprar están conscientes de que existe ese reclamo fiscal y no están interesados en evadir el pago, sino en determinar cuáles son los tributos que se deben y las penalidades, y determinar los montos reales y los términos y plazos de pago.
Aurelio García-Miró, de Riveron Consulting, que asesora el proceso de reestructuración de la deuda, considera que el interés del Gobierno de Nicaragua es proteger la industria, su interés parece ser el mismo que el de Mercon y el de los cafetaleros. El interés de todos debe ser que Cisa Exportadora y Mercapital retomen sus labores lo más pronto posible, porque los potenciales compradores valorarán más una empresa operando normalmente.
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A Mercon le urge encontrar una salida
García-Miró advierte sobre la urgencia de que Mercon y el Gobierno de Nicaragua encuentren una salida coordinada y consensuada, ya que debido a las protecciones que el proceso del capítulo 11 establece para preservar los activos, no es posible transferir fondos del Grupo Mercon a empresas que están intervenidas; y eso incluso impide pagar el salario a los trabajadores. También confirmó que el juez Michael E. Wiles, quien lleva el caso, está abierto a dialogar con el Gobierno de Nicaragua.
“Nunca había visto un juez que tan abiertamente esté dispuesto a buscar toda posibilidad de comunicarse y colaborar con el Gobierno de Nicaragua para que este interés común de todas las partes se refleje en acciones coordinadas. Creo que lo que falta es esa posibilidad de coordinar esa salida, de dialogar con el Gobierno, transmitirle quiénes son las empresas que están interesadas en comprar estas operaciones, de qué forma lo harían y acoger lo que el Gobierno tenga que aportar y trabajar conjuntamente en una solución integral. Yo creo que esa es la perspectiva que es importante tener en este proceso”, dijo.
García-Miró admite que la paralización de operaciones de Cisa Exportadora a quien más afecta es a los productores que enfrentan dificultades con su producción y no pueden venderla porque está prendada con la empresa. Considera que por ellos es fundamental llegar a un acuerdo, ya que uno de los beneficios que otorga el capítulo 11 es la suspensión de las garantías de los acreedores.
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Productores entre los más afectados
“Reconocemos que los productores están en una posición bien difícil y reiteramos, Mercon y sus asesores están haciendo todo lo posible para obtener la financiación necesaria para poder seguir recibiendo ese café. Con respecto a lo que le podría pasar los productores en este instante solo te digo que el bienestar de los productores nacionales es una de las prioridades principales de todo este proceso. Todas las partes involucradas están haciendo todo lo posible para asegurarse de que la cosecha en Nicaragua y en otros países se les respete a los productores y se le protege su interés porque son de las comunidades más delicadas, ya que ellos, como los empleados de Mercon, no controlan los variables del mercado global de café”, dice Cuadra.
Tanto Cuadra como García-Miró admiten que la solución ideal sería vender el grupo Mercon completo, con todas sus empresas. Sin embargo, no descartan que la falta de un acuerdo con el Gobierno de Nicaragua los empuje a buscar soluciones no tan óptimas, entre las que cuentan vender operaciones separadas en algunos de los nueve países donde operan, incluida Nicaragua.
Sin embargo, esta posibilidad dejaría expuesto a cualquier comprador fuera del capítulo 11 a reclamos legales en cortes internacionales, ya que el holandés Rabobank que poseen en garantía los activos de Cisa Exportadora y Mercapital podrá seguir reclamándolos.
“Nosotros no representamos a Rabobank, pero reconocemos esa posibilidad… Hay casos bien famosos y conocidos de acreedores que se esperan un año, que se esperan 50 años, pero los acreedores nunca se olvidan, son como los elefantes”, sostiene Cuadra.
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¿Qué causó la quiebra?
Por su parte, el abogado que lleva el caso, Paul Keenan, socio del bufete Baker Mckenzie especializado en restructuraciones internacionales y líder del caso ante la corte, explica que la volatilidad del precio internacional que enfrentó el café en los últimos años es la principal causa de esta crisis. En todo ese periodo los directivos del Grupo hicieron muchos esfuerzos para evitar esta crisis, el más reciente fue la alianza estratégica que establecieron con Sunloved Java Holdings LLC (SJH) que en junio de 2023 se quedó con el 70 por ciento de las acciones a cambio de una inyección de 27 millones de dólares destinados a pagar parcialmente la deuda y desde esa fecha asumió el control de la empresa.
Sin embargo, la crisis no se resolvió y la dificultad de pagar una deuda de 340 millones de dólares, con 34 acreedores en más de 12 países; y con más o menos 240 millones de dólares que tienen en garantía los activos de las empresas del Grupo, obligaron al Grupo Mercon a acogerse, el 6 de diciembre al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
Una restructuración bajo el capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos se distingue entre otras opciones, como una vía viable donde el negocio sujeto a la restructuración muestra señas de rentabilidad y no se han presentado comprobantes de actos ilícitos en la operación histórica del negocio.
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Es común acogerse al capítulo 11
Keenan explica que cuando una empresa latinoamericana tiene deuda en dólares, para la Ley de Nueva York es muy común que las empresas se acojan al capítulo 11 en los Estados Unidos, porque la mayoría de los acreedores, bancos o no, son norteamericanos o europeos. “Hay muchos ejemplos de esto, Avianca Airlines, Latam Airlines, AeroMéxico, estas tres empresas muy recientemente comenzaron un caso bajo en el capítulo 11 en los Estados Unidos. Aunque la mayoría de sus activos se duplicaron en Latinoamérica, tenían mucha deuda con bancos bajo las leyes de Nueva York que están en dólares”, detalla Keenan.
Para el abogado Keenan los beneficios que otorga el capítulo 11 “son mágicos”, ya que una vez que el juez aprueba la venta de los activos del Grupo, las garantías desaparecen y hay una renegociación que incluye el pago de la deuda en un orden establecido.
Con el dinero que se obtenga de la venta del Grupo, primero se paga a los acreedores con garantías (secured creditors), luego a los acreedores con prioridad (como los sueldos de los empleados y reclamos de impuestos, a excepción del caso donde el pago de impuestos está pactado como parte de la venta autorizada por la corte), y después, en tercer lugar se paga a los acreedores que no tienen garantía o unsecured creditors. Lo ideal es que el monto obtenido en la venta permita saldar todas estas deudas, pero si no las cubre, se paga en ese orden hasta donde alcance.
Mercon espera decisión de Nicaragua
En el remoto caso de que después de pagar las deudas sobre algo de dinero —este se reparte entre los accionistas de acuerdo con la proporción de acciones—, Sunloved Java Holdings por ser dueño del 70 por ciento de las acciones recibiría la mayor parte, y los propietarios del restante 30 por ciento, entre los que está el fundador del Grupo, José Antonio Baltodano, recibiría el monto restante. Sin embargo, el abogado Keenan admite que raramente en estos procesos queda dinero para los accionistas.
Ahora resta esperar la decisión del Gobierno de Nicaragua ya que de ella dependerá que el Grupo se venda completo como una empresa en marcha y más importante aún, que Cisa Exportadora y Mercapital vuelvan a operar con normalidad, tal y como puede ocurrir también con las otras diez empresas con las que Mercon realiza operaciones en Guatemala, Honduras, Panamá, Brasil, Vietnam, Holanda, Estados Unidos y España, países que han respetado los beneficios que otorga el capítulo 11 y han permitido que las empresas del Grupo sigan trabajando con la misma normalidad que lo hacían antes de la declaración de quiebra del 6 de diciembre.