Pese al acercamiento de Nicaragua con China, el Producto Interno Bruto se expandirá a tasas muy bajas este año y el próximo, lo que contrasta con el optimismo del régimen de Daniel Ortega que espera que el acercamiento con el gigante asiático le dé un nuevo impulso a la tasa de crecimiento, tras la pérdida de ímpetu en el ingreso de remesas.
El Banco Mundial, en una actualización de sus proyecciones mundiales, prevé que el PIB de Nicaragua en los próximos dos años no supere el 3.5 por ciento de crecimiento, que sería la mejor tasa desde el 2021, cuando un año después de la pandemia, este fue de 10.3 por ciento.
En el 2023, según estimaciones del organismo financiero, la tasa habría sido de 3.1 por ciento para Nicaragua, aunque el Banco Central (BCN) la ubica en 4.5 por ciento, según dijo la semana pasada el presidente de dicha institución, Ovidio Reyes.
“Vino aterrizando ese crecimiento (el de 2021) por el factor de recuperación de la pandemia y ahora estamos creciendo alrededor del 4.5 por ciento. Es decir, la economía, esa es la tasa de crecimiento potencial que nosotros creemos que tiene en este momento nuestro país y que se nota en la dinámica comercial, en las ventas, en la dinámica económica, en el transporte… El PIB promedio de los tres primeros trimestres está en 4.5 por ciento, el último trimestre está reflejando una tasa de 6 por ciento, estaríamos creciendo 4.5 por ciento en el 2023”, dijo Reyes.
El Banco Mundial, que al final de cada ciclo anual se apega a la cifra oficial, indica que para este año el crecimiento de Nicaragua sería de 3.2 por ciento, lo que estaría por debajo de la media centroamericana, aunque mejor que el 2.3 por ciento para América Latina y el Caribe en general.
“Para América Central se prevé un crecimiento sostenido, con tasas del 3.7 por ciento en 2024 y 3.8 por ciento en 2025. Esta perspectiva se apoya en un aumento moderado de las remesas, en especial en 2024”, precisa.
Panamá en la cima
A nivel de Centroamérica, Panamá volverá a liderar el crecimiento de la región este año con 4.6 por ciento, seguido de Costa Rica con 3.9 por ciento, según estimaciones del organismo.
Y pese a la convulsión política por el cambio de gobierno, Guatemala se ubicaría en el tercer escaño este año, con una tasa de 3.5 por ciento.
En la cuarta posición se ubicarían Nicaragua y Honduras con igual tasa (3.2 por ciento) y en la cola El Salvador, que pese a que su Gobierno asegura que el país ahora es más atractivo para inversión por mayor seguridad, su expansión sería de 2.3 por ciento.
El Banco Mundial advirtió que las perspectivas para todo el hemisferio presentan como riesgo “la escalada de las tensiones geopolíticas, especialmente en Oriente Medio, podría perturbar los mercados energéticos y provocar un alza de los precios del petróleo. Los fenómenos meteorológicos extremos, intensificados por el cambio climático, representan amenazas adicionales, en particular para los sectores sensibles al clima, como la agricultura, la energía y la pesca”.
Indicó también que “la persistente inflación básica de las economías avanzadas podría ir acompañada de tasas de interés elevadas durante un período prolongado, lo que limitaría las políticas monetarias y fiscales de la región”.
“Asimismo, una desaceleración más abrupta de lo esperado en la economía china podría tener importantes efectos secundarios en la demanda externa, lo que afectaría las exportaciones de productos básicos de la región”, agregó.
Esto último empaña las expectactivas de Nicaragua, que espera que tras un crecimiento menor de las remesas, las nuevas relaciones comerciales con China den un impulso a la economía.
“El sector exportador es el sector que va a continuar manteniendo los impulsos de la economía, y ahí hay que aprovechar todo, hay que aprovechar precios, hay que aprovechar la reducción de costos que ha venido observándose, muchos estabilizándose después de que tuvieron grandes incrementos. Ahora estos se vienen estabilizando. Eso ha contribuido incluso a que la inflación de los precios internacionales empiece también a encontrar un camino y la economía va a ir aprovechando todos estos elementos”, dijo Reyes la semana pasada.
Y añadió: “Los nuevos Acuerdos Comerciales, el TLC se acaba de recién firmar con China, representa una gran oportunidad, porque estamos hablando de que casi, o todos, nuestros productos de exportación están a tasa cero de arancel, y hay otros bienes también que se van a ir desgravando con el tiempo; por lo tanto, el país irá insertándose en esa dinámica y en esos mercados”.
“Entonces el sector exportador es el primer factor de impulso que generará un crecimiento, claro, que si se aprovecha el TLC con China se genera un factor impulso adicional a ese elemento”, precisó. “Es decir, nuestra estimación no toma en cuenta el TLC con China, entonces, todo lo que venga por esa ruta va a aumentar el crecimiento”, agregó.
Las perspectivas 2025
Pero tampoco las perspectivas de Nicaragua para el 2025 apuntan a ser más optimistas. El Banco Mundial prevé que la economía local se expanda en 3.5 por ciento, que sería la tasa máxima desde el 2021.
En contraste, Panamá seguiría liderando esa tasa en ese año, con un 5.3 por ciento; le seguiría Costa Rica con 3.6 por ciento; luego Guatemala con 3.5 por ciento; Honduras con 3.4 por ciento; y en la última posición seguiría El Salvador con 2.3 por ciento. Nicaragua solo delante de la economía salvadoreña.
Esto estaría en línea con lo advertido en junio del año pasado por The Economist Intelligence Unit (EIU), de la prestigiosa editorial británica The Economist, que señaló que Ortega seguirá en el poder, pero descansará sobre una economía con crecimiento mediocre. “Varias de estas tendencias perdurarán en 2024-2027, manteniendo el crecimiento en un promedio mediocre del 2 por ciento anual”.
En su informe, señala que este año la tasa de crecimiento será de 2.2 por ciento, en el 2025 y 2026 crecerá 1.9 por ciento cada uno de esos años, y en el 2027 aumentará 2 por ciento.
Y es que las perspectivas de crecimiento económico de Nicaragua están empañadas por “los conflictos políticos recurrentes y la escasa confianza en el Estado de derecho”, esto “a pesar de las oportunidades lucrativas en minería, energía y manufactura. Por lo tanto, Nicaragua seguirá siendo uno de los países más pobres de América Central”.
Por su parte, el Banco Mundial indicó que para América Latina “a largo plazo, la región deberá enfrentar desafíos persistentes. El potencial de crecimiento económico está disminuyendo en el contexto de la desaceleración de la productividad total de los factores y el envejecimiento de la población”.
Diversos economistas han señalado que Nicaragua deberá afrontar ese envejecimiento poblacional con una disponibilidad de mano de obra en el mercado diezmada por la migración de los últimos tres años, que superaría las 500 mil personas.