Esta pregunta inquietante la ha presentado el medio de comunicación internacional euronews. en español.
La pregunta fue motivada por los resultados de una encuesta global de Open Society Foundations, la fundación del magnate británico de origen húngaro, George Soros, que declara dedicarse a construir “democracias vibrantes y tolerantes”. Entre los hallazgos de la encuesta sobre democracia en el mundo, se encuentran algunos sorprendentes, y hasta alarmantes, como el de que más de un tercio de los jóvenes de 18 a 35 años “están a favor de un régimen militar o de un líder autoritario”.
Para la encuesta fueron entrevistadas más de 36 mil personas de 30 países de Europa, las Américas, África y Asia; y según informó euronews. ha sido “una de las mayores jamás realizadas sobre la opinión pública mundial”.
Sin embargo, a pesar de la pregunta de que si el sistema democrático está en trance de desaparecer, en el mismo reporte de euronews. se indica que “el concepto de democracia sigue siendo ampliamente popular en todas las regiones del mundo: el 86 por ciento de los encuestados afirma preferir vivir en un Estado democrático y el 62 por ciento cree que la democracia es la mejor forma de gobierno posible”. Y agrega que “solo el 20 por ciento de los encuestados cree que los Estados autoritarios son más capaces de satisfacer las demandas de los ciudadanos y más eficaces a la hora de abordar los grandes problemas nacionales e internacionales”.
En realidad, la inquietante pregunta de que si la democracia es un sistema político y modo de vida humano en vías de extinción, deriva del alto porcentaje de gente joven que dice preferir el autoritarismo y el caudillismo.
Al respecto dice la directora Global de Incidencia Política de Open Society Foundations, Natalie Samarasinghe, que realmente es preocupante que el apoyo más bajo a la democracia se dé en el grupo más joven, el de 18-35 años, “porque la mitad del mundo tiene menos de 30 años”.
Según el profesor italiano de Ciencias Políticas, Gianfranco Pasquino, eso se explica por “las dificultades socioeconómicas que han marcado a las últimas generaciones”, pero también por el comportamiento de la clase política.
“Los partidos se han convertido en estructuras inadecuadas —dice el profesor Pasquino—. Los partidos enseñan democracia, la practican y muestran cómo practicarla. Un gran politólogo estadounidense escribió un libro a principios de los años 40 en el que decía que los partidos nacen con la democracia y la democracia nace con los partidos. En consecuencia, la democracia muere si los partidos mueren y, en cambio, prospera si los partidos se recuperan. Pero no veo este esfuerzo por parte de los políticos”.
Sin embargo, los dos analistas no creen que la democracia va a desaparecer y que la humanidad será gobernada por regímenes autocráticos, enemigos de la libertad. Como el de China, podríamos decir, uno de los pocos que puede mostrar progreso económico y desarrollo material con dictadura.
“En realidad es un error decir que hay una crisis de la democracia —asegura el profesor Pasquino—. Hay problemas en el funcionamiento dentro de algunas democracias… pero la democracia misma no está en crisis”.
Por su parte Samarasinghe sostiene que “la tendencia siempre ha sido y será hacia una mayor libertad… Solo que ahora la gente ve una discrepancia entre este deseo y sus vidas. Pero no creo que su solución sea ‘de acuerdo, vamos a recurrir a un sistema autoritario’. Puede ser una solución a corto plazo, pero no a largo plazo. Los valores que la gente aprecia personalmente, incluidos los derechos humanos, están tan profundamente arraigados incluso en los países que actualmente tienen gobiernos más autoritarios, que es imposible que desaparezcan”.
Ella tiene razón. Inclusive allí donde la democracia ha desaparecido, como en Nicaragua, volverá a renacer algún día que podría estar lejano, pero que también puede llegar cuando menos se le espere, porque así de insospechado es el transcurrir de la historia.
