En diciembre de 2022, el comisionado general en retiro de la Policía, Horacio Rocha, fue reactivado como funcionario público con el cargo de «ministro asesor de la Presidencia de la República, para asuntos de seguridad», algo fuera de lo común, pero que en la dictadura de Daniel Ortega solo podría significar el reforzamiento del aparato de control y represión.
La opositora desterrada y exguerrillera sandinista, Dora María Téllez, aseguró a LA PRENSA que con el nombramiento de Rocha se instauró un plan para ejecutar una purga interna que comenzó con la Policía, seguido por el poder judicial y no duda que vendrán otras instituciones que también se han usado para reprimir, entre estas el Ejército y la Fiscalía.
En las últimas semanas se conoció que decenas de empleados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) se encuentran bajo investigación e incluso bajo arresto arbitrario en la cárcel de la Dirección de Auxilio Judicial, mejor conocida como «El Chipote». La misma presidenta del poder judicial, Alba Luz Ramos, fue desalojada de su oficina y enviada a su casa, donde permanece rodeada de patrullas policiales. Lo mismo ocurrió con la magistrada Yadira Centeno González, de la Sala Civil.
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Téllez valoró que en este nuevo proceso ya no se trata de lealtad a Ortega y a su esposa y cogobernante, Rosario Murillo, sino que es la «imposición de un solo bando», para lo cual serán eliminados los personajes dudosos.
«Ya ni siquiera estamos hablando de las lealtades a los Ortega Murillo en general, sino a un bando dentro de la cúpula de poder dentro de los Ortega Murillo. Ahora, ¿de quién es ese bando?, pues hay mucha gente que dice que es Rosario Murillo, la jefa de un bando que está tratando de prepearse con anticipación, por si acaso hay una transición de poder en Nicaragua, entonces ella está tratando de limpiar ajenos y poner solo a gente de ella», manifestó la exguerrillera.
Es un plan que se había aplazado
El politólogo Félix Maradiaga, quien también estuvo preso y fue desterrado por la dictadura orteguista, aseguró que la «purga interna» no es un plan nuevo, pero se había aplazado porque no veían las condiciones idóneas.
Maradiaga recordó que en el año 2019, Ortega a través de Néstor Moncada Lau –que es otro personaje oscuro, encargado de la seguridad de los Ortega Murillo–, había intentado hacer un operativo de despido de 200 funcionarios de la Corte Suprema de Justicia, pero, según el politólogo, «en aquella ocasión los cálculos internos de la cúpula de la dictadura familiar de los Ortega-Murillo, parece haber concluido que esa purga tendría altos costos políticos».
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El politólogo valoró que los operadores de la dictadura no pospusieron definitivamente el plan de purgar a algunos funcionarios de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que, a juicio de la contrainteligencia sandinista, no tenían una lealtad ciega.
Horacio Rocha, el «ángel exterminador»
En este proceso, Horacio Rocha cumple con una función de «ángel exterminador», según Dora María Téllez, que en el caso particular de la intervención en el poder judicial llevó un mensaje claro: nadie está a salvo en la función pública.
Después de estar retirado de la vida pública, Rocha comenzó a ser visible en los actos de la Policía, muy cerca de los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, principalmente en las actividades de ascensos.
Rocha López es licenciado en Economía, fue jefe de seguridad personal del expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002) y también fue jefe de seguridad de Ortega.
Fue subdirector de Policía, pasó a retiro en 2014 y luego fue nombrado en el cargo de cónsul general de Nicaragua en Corea del Sur, según el Acuerdo Presidencial No. 210-2015, publicado La Gaceta, diario oficial.
Mientras que su esposa, Ana Isabel Argüello Yrigoyen, era la embajadora de Nicaragua en ese mismo país asiático. Los nombramientos diplomáticos de Rocha y su esposa fueron cancelados en abril de 2016.
Francisco Díaz ha quedado decorativo
Rocha entra en escena de nuevo cuando surgieron los rumores de incapacidad del jefe de la Policía y consuegro de Ortega, Francisco Díaz, a quien no han querido quitar de ese cargo, pero, según Téllez, todo está listo para su relevo.
«Lo que sí estamos claros es que Díaz ha quedado decorativo frente al poder de Horacio Rocha», manifestó Téllez.
En enero de 2023 se ejecutaron las primeras purgas en la Policía de forma discreta, aunque fue imposible ocultarlas. Se conoció que fueron apresados el comisionado general en retiro Adolfo Joel Marenco Corea, exsubdirector de la Policía y exjefe de Investigación Policial y de Inteligencia Política, y el comisionado general Pedro Rodríguez Argueta, quien fungía como jefe policial del Triángulo Minero y Mulukukú.
En julio de 2023, fue destituido el comisionado general Sergio Gutiérrez, quien entregó su cargo de jefe de la Dirección de Investigaciones Económicas (DIE). Se conoció que el comisionado general fue mandado a retiro, todo bajo mucho hermetismo.
Así se llegó hasta la escandalosa toma del poder judicial, que para Téllez se trata de un mensaje dirigido a otros funcionarios, para advertirles que nadie está a salvo.
Téllez hizo notar que el régimen pudo haber llamado a las magistradas Alba Luz Ramos y a Yadira Centeno y decirles, «miren, renuncien» y ya está pues, no pasa nada. Ellas hubieran renunciado y se van a su casa, pero en cambio «Rocha llega con un destacamento policial, se toma las instalaciones de la Corte Suprema de Justicia. Sacan a la Alba Luz Ramos a punta de policías, impiden la entrada a la Yadira a su oficina, le ponen policías a ambas enfrente de sus casas y este grupo de policías llega con otros expertos policiales a correr a todos los de informática, a todos los administrativos y a todos los cercanos a las magistradas».
«Nada le costaba hacer esa misma corrida por la vía administrativa, sin ese despliegue policial comandado por Horacio Rocha, pero eso lo que nos dice es de que hay una imposición ostensible. Así como en la Policía disimularon la purga, en el caso del sistema judicial no han querido disimular, sino que la han querido hacer evidente», dijo Téllez.
El despliegue de poder dentro de la CSJ, agregó Téllez, está hecho de manera deliberada, «para que todo el mundo sepa cuál es el procedimiento que van a usar en cualquier caso».
Opositores lo ven como una advertencia, un acto de intimidación para todos los funcionarios públicos.
La paranoia de las dictaduras
El politólogo Félix Maradiaga señaló que el régimen Ortega Murillo está siguiento un patrón característico de las dictaduras: «después de eliminar la oposición externa, surge una fase de paranoia que lleva a la persecución del propio círculo interno del dictador».
«En Nicaragua, el dictador Daniel Ortega se encuentra en la actualidad inmerso en este ciclo de paranoia, persiguiendo a sus propios aliados en una cacería de brujas que ha afectado incluso a la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Bajo su control y el control de su esposa Rosario Murillo, más de 100 personas de la CSJ se encuentran bajo investigación e incluso bajo arresto arbitrario en la cárcel conocida como El Chipote», apuntó el politólogo.
Maradiaga explicó que esta «fase de paranoia extrema» de la dictadura de Ortega lo está llevando a prepararse para cualquier escenario futuro, «ya sea para transferir el poder a su esposa Rosario Murillo o a sus propios hijos, en caso de su ausencia física, porque «hay bastante evidencia que demuestra cierta resistencia dentro del FSLN, a ese traspaso familiar», por eso tiene que apartar a los futuros inconformes.
«En otras palabras, la obediencia del dictador Ortega sigue siendo fuerte, pero Rosario Murillo y sus hijos siguen careciendo de la legitimidad política histórica y de la mitología artificialmente construida alrededor de Ortega. Es por eso que el dictador, casi con seguridad, a instancias de Rosario Murillo, está haciendo todo lo posible para asegurar que solo queden personas leales a su régimen. Ya antes había implementado esa estrategia con la policía. El proceso con el ejército, aún inconcluso, ha sido más tenue y más privado pero bajo el mismo patrón de paranoia», agregó Maradiaga.
