La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo continúa desterrando de facto a los sacerdotes nicaragüenses, en el ataque frontal que mantiene contra la Iglesia católica del país. Esta vez le negó el retorno a Nicaragua al padre Mauricio Valdivia Prado, rector y director titular del Colegio Calasanz de Managua. LA PRENSA conoció que el religioso regresaba de República Dominicana esta semana.
La abogada y autora del informe Nicaragua: Una Iglesia perseguida, Martha Patricia Molina, aseguró a este Diario que fuentes cercanas al religioso Valdivia le confirmaron que le negaron el ingreso. “Es lamentable que la dictadura siga ensañándose en contra de los religiosos y peor contra aquellos que son nacionales de Nicaragua como el sacerdote escolapio Mauricio Valdivia”, indicó.
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Señaló que las autoridades de Migración “no brindan explicación jurídica de esta arbitrariedad que en ocasiones ofenden a los presbíteros hasta con palabras soeces y algunos hasta han sido amenazados de muerte por las autoridades migratorias. Ya es una práctica o costumbre que se ha convertido en ley en el país: sacerdote que sale tiene asegurado su exilio”.
Molina también mencionó que el año pasado le suspendieron la residencia a dos padres escolapios que tuvieron que irse a otro país.
LA PRENSA intentó contactar a la directora académica del Colegio Calasanz, sin embargo, su asistente argumentó que no podía atendernos porque se encontraba en una actividad escolar.
Nombrado en abril pasado
El sacerdote Valdivia fue nombrado en abril de este año por la Provincia Escolapia de Centroamérica y Caribe, en sustitución del padre Ever Barahona. El padre Valdivia realizaba las funciones de director en el Colegio Calasanz de Santo Domingo, República Dominicana.
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El religioso nació en León y es licenciado en Administración de Empresas y Educación, ha ejercido su escolapio como director en Managua y Santo Domingo, también fue miembro del equipo provincial como asistente de economía y recursos. Actualmente es asistente de gestión educativa de la Provincia Escolapia.
Impedir la entrada al país ha sido uno de los métodos represivos que el régimen ha utilizado contra opositores, familiares de excarcelados políticos, periodistas y religiosos en los últimos años.
Otros sacerdotes afectados
El pasado 16 de agosto, al sacerdote Eladio Sánchez, de la Diócesis de León, se le impidió retornar al país luego que regresara de Italia para despedir a su hermano Orlando Sánchez, quien falleció.
El 11 de agosto, la dictadura impidió que el sacerdote Tomás Sergio Zamora Calderón, de la parroquia Nuestro Señor de los Milagros, de Malpaisillo, Larreynaga, de la Diócesis de León, ingresara al país, al regresar de la Jornada Mundial de la Juventud 2023, celebrada en Lisboa, Portugal.
El sacerdote William Mora, de la Parroquia Cristo Rey-Ubu Norte en Paiwas, de la Diócesis de Siuna, quien también asistió a la JMJ, fue otra de las víctimas del orteguismo que restringió su ingreso a Nicaragua.
Otros de los religiosos afectados por la medida fueron: padre Deyvis López Jarquín, párroco de la iglesia San Gregorio Magno, de Diriamba, Carazo; el cura José Domingo Cuesta, originario de Panamá, provincial de la Compañía de Jesús para Centroamérica; el religioso Guillermo Blandón, párroco de la iglesia Santa Lucía, de Boaco, y el sacerdote Juan de Dios García, vicario de la parroquia Santo Cristo de Las Colinas, en Managua.