La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo continúa decidiendo de forma arbitraria e ilegal quién entra o sale de Nicaragua. En esta ocasión, el sacerdote Tomás Sergio Zamora Calderón, de la parroquia Nuestro Señor de los Milagros, de Malpaisillo, Larreynaga, de la Diócesis de León, fue impedido este 11 de agosto de ingresar al país, al regresar de la Jornada Mundial de la Juventud 2023, realizada en Lisboa, Portugal.
La abogada Martha Patricia Molina, a través de sus redes sociales, denunció la negativa del ingreso del religioso, resaltando que al regresar el día de hoy (viernes 11 de agosto) “la dictadura le prohibió el ingreso” al país.
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Además, indicó que los feligreses de las comunidades donde el religioso realizaba su labor cristiana se encuentran “consternados con la noticia”, ya que el sacerdote era “dinámico y muy cercano a su pueblo”.
CSJ visitó al religioso
La abogada Molina reveló que el padre Zamora Calderón “semanas anteriores había recibido una visita de cortesía de parte de una autoridad de la CSJ (Corte Suprema de Justicia)”, aunque no detalló qué ocurrió en esa reunión.
Sin embargo, apuntó que “esas visitas”, ejecutadas por funcionarios de instituciones estatales, ordenadas por la dictadura Ortega Murillo, “siempre son intimidatorias”.
La defensora afirmó que por ahora se desconoce “si los jóvenes que asistieron a la Jornada Mundial de la Juventud 2023 podrán ingresar o no al país”. La dictadura orteguista, hasta la publicación de este reporte, no había informado de ninguna restricción de ingreso.
Zamora Calderón, según Molina, por muchos años fue “responsable de Cáritas León”, cerrada por el orteguismo en mayo pasado, y también tesorero de la Diócesis de ese departamento.
Padre William Mora tampoco ingresó a Nicaragua
El sacerdote William Mora, párroco de la Parroquia Cristo Rey-Ubu Norte en Paiwas, de la Diócesis de Siuna, quien también asistió a la Jornada Mundicial de la Juventud 2023, fue otra de las víctimas del orteguismo que restringió su ingreso a Nicaragua, denunció la abogada Molina en sus redes sociales.
Mora, además de encargado de la parroquia Cristo Rey de Paiwas, era responsable de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Siuna, comunidad que ahora -según Molina- se cuestiona “¿Qué será de ellos sin su pastor?”.
En los últimos meses, la dictadura orteguista ha negado el ingreso al país a más de media docena de sacerdotes y laicos, la mayoría ciudadanos nicaragüenses. Algunos de los religiosos afectados por la medida fueron: el padre Deyvis López Jarquín, párroco de la iglesia San Gregorio Magno, de Diriamba, Carazo; el cura José Domingo Cuesta, originario de Panamá, provincial de la Compañía de Jesús para Centroamérica; el religioso Guillermo Blandón, párroco de la iglesia Santa Lucía, de Boaco; y el sacerdote Juan de Dios García, vicario de la parroquia Santo Cristo de Las Colinas, en Managua.
También, monseñor Rodrigo Urbina, párroco de la iglesia San Juan Bautista, de Sutiaba, León; el sacerdote Juan Carlos Sánchez, vicario de la parroquia San Francisco de Asís, en Bolonia, Managua; y el padre Néstor Mendoza, de origen uruguayo, párroco de la iglesia María Reina, de Palacagüina, Diócesis de Estelí.
Desde el 2018, según el registro de la abogada Molina, al menos 80 religiosos y religiosas de la Iglesia católica de Nicaragua han tenido que abandonar el país, incluyendo el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, quien representaba la Santa Sede en territorio nicaragüense, producto de la persecución impuesta por la dictadura Ortega-Murillo.