El 9 de julio el párroco Fernando Zamora había oficializado tres misas en la parroquia San Luis Gonzaga, en Managua, una a las 6:30 a.m., a las 8:00 a.m. y a las 11:00 a.m. Sin embargo, el canciller de la Curia de la Diócesis de Siuna decidió esperar la misa de las 4:00 p.m. porque había una celebración especial. El padre Zamora en ningún momento imaginó lo que sucedería al salir del territorio católico.
La misa realizada al finalizar la tarde en esta parroquia también es presidida por el cardenal Leopoldo Brenes, lo que podría explicar la presencia policial en el lugar. Poco antes de las 8:00 p.m. del 9 de julio de este año, el padre Zamora había abordado el vehículo junto con su conductor y se dirigían al lugar donde residían.
“Él iba contiguo a donde fue las hermanas Calcutas, en Managua. Ahí fue donde lo detuvieron. Una moto se bajó delante del vehículo y le pidieron al padre que se bajara. Él les preguntó por qué, pero solo le repitieron que se bajara. Al bajarse le pusieron las esposas y lo montaron a la patrulla. Al conductor lo bajaron a la fuerza y un hombre vestido de civil se llevó el carro, o sea se lo robaron”, relató a LA PRENSA una fuente cercana al padre Zamora.
Esta fuente, por motivos de seguridad solicitó el anonimato, comentó que la operación policial de secuestrar al padre Zamora contó con el accionar de 50 policías y alrededor de 20 paramilitares. Todo esto ocurrió en las cercanías del kilómetro 4 de la Carretera Norte.
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Prueba de vida
“Desde ese momento nos bolean (remiten). Nos habían mantenido engañados que él estaba en el Distrito III, nos dicen que se lo habían llevado a la Modelo, pero no saben dar pruebas de vida. Cuando van a preguntar le dicen que está en Auxilio Judicial (Dirección de Auxilio Judicial, conocida como el Chipote). Bolean de todos lados”, expuso la fuente al tratar de explicar dónde se encuentra el padre Zamora.
Agregó que para sus cercanos, este párroco se encuentra desaparecido porque desde su detención no han tenido pruebas sólidas de que se encuentre en alguna cárcel de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Las autoridades de estos sistemas penitenciarios suelen dar versiones diferentes cuando se les pregunta por el padre Zamora; algunos dicen que no tiene derecho a visita, que no se encuentra en esa cárcel o simplemente guardan silencio.
“Le van a dejar comida al Distrito III, también cosas para él, para que se las roben. Sí les aceptan la comida, pero no dan prueba de que se la pasen a él, o no dicen siquiera dónde está. Lo que se ha hecho es denunciar donde podamos”, indicó.
Para los allegados de este líder religioso es un halo de esperanza que Brian A. Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, condenara la persecución contra la Iglesia católica y sus líderes. Nichols, a través de su cuenta de Twitter llamó a la dictadura a liberar a monseñor Rolando Álvarez, al padre Fernando Zamora y a los demás sacerdotes detenidos.
“Hacemos un llamado para la liberación incondicional del obispo Álvarez, padre Zamora y todos los que han sido injustamente detenidos por ejercer sus derechos constitucionales y humanos, incluyendo la libertad religiosa o de creencia. Condenamos la represión contra las comunidades religiosas por parte del régimen Ortega-Murillo”, indicó el subsecretario de Estado en su cuenta de Twitter.
Líderes religiosos detenidos
Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, se encuentra hace un año detenidos bajo órdenes del régimen de Ortega y Murillo. En dos ocasiones este obispo se ha negado a firmar un acuerdo de destierro, al igual que la dictadura ofreció al grupo de 222 presos políticos que fueron enviados a EE. UU. en febrero de este año.
Luego de la primera negativa del líder religioso fue condenado a 26 años de cárcel por supuestos delitos que transgreden al Estado de Nicaragua. Además, la dictadura lo desnacionalizó, a como lo hizo con más de 300 opositores que se han caracterizado por ser voces incómodas ante el poder.
Desde la celebración de Semana Santa de este año, los ataques contra la Iglesia católica han aumentado, como han denunciado organismos de derechos humanos nacionales e internacionales. Ortega ha vulnerado gravemente la libertad religiosa en el país.