Al menos nueve indígenas miskitos —siete adultos y dos niños— del territorio Twi Yahbra, de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN), fueron retenidos por las autoridades de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) de Costa Rica, en el puesto fronterizo de Los Chiles, el sábado 3 de junio, cuando se dirigían a solicitar asilo al vecino país. Los miskitos no hablan español y según declaró Mamá Grande, líder miskita, fueron expulsados hacia Nicaragua en horas de la medianoche.
“El sábado a la medianoche los expulsaron. Ellos no pueden llegar hasta Caribe Norte porque ya no tienen dinero porque ellos ya habían pagado el bus de Los Chiles para San José, y de ahí los sacaron y se los llevaron presos. Ya no tenían alimentos, no tenían dinero y después de tenerlos presos, a medianoche los sacaron al camino para que se regresaran a Nicaragua”, describió Mamá Grande a LA PRENSA.
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Añadió que los miskitos adultos pidieron a los de Migración que les permitieran pasar la noche ahí para que los niños no durmieran a la intemperie. “La abuela le dijo a los de Migración que los tuvieran ahí adentro por los niños porque afuera no había luz y hacía frío. ‘Déjennos que nos quedemos aquí’, les dijo, pero los sacaron”, explicó.
LA PRENSA realizó consultas a las autoridades de la Unidad de Comunicación de Migración de Costa Rica, quien confirmó dicha expulsión mencionando que “la Policía Profesional de Migración detectó este sábado un grupo de nueve personas nicaragüenses intentando ingresar a Costa Rica por un puesto no habilitado, las autoridades procedieron a la verificación de estas personas con el fin de corroborar que no fueran víctimas de tráfico ilícito de migrantes, trata de persona u otro delito, por lo que, una vez descartado también con otros cuerpos policiales, se aplicó el rechazo respectivo conforme a la ley migratoria vigente”.
Datos de la DGME indican que durante el primer cuatrimestre de 2023, la institución ha registrado 12,343 solicitudes de refugio de nicaragüenses, que representan una disminución del 50 por ciento, en relación con el mismo período de 2022. Un comportamiento que se ha mantenido, después que el presidente Rodrigo Chaves anunció en diciembre pasado nuevas medidas migratorias para no admitir más migrantes por “razones económicas”.
Huyen de la invasión de colonos
La denuncia de que estaban retenidos la hizo la Asociación Intercultural de Derechos Humanos (Asidehu) que mencionó que los miskitos se movilizaron hacia Costa Rica por la “desprotección” estatal que sufren ante la “invasión de colonos armados” a sus comunidades.
La comunidad miskita exiliada en Costa Rica, particularmente en La Carpio, se encuentra sumamente preocupada por la situación de los 9 indígenas debido a que venían huyendo de la represión que viven en sus territorios.
“Ellos venían a pedir refugio en Costa Rica, como lo que hemos hecho todos los nicaragüenses exiliados. Ellos allá en su territorio están aguantando mucha hambre, ellos están en la intemperie porque los colonos armados se han adueñado de sus tierras, cosechas, animales, quemaron sus casas”, denunció Mamá Grande.
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La líder miskita catalogó el accionar de las autoridades costarricenses como un “hecho muy doloroso” y denunció que sin duda “es una humillación muy grande a nuestro pueblo, nosotros no queremos estar en Costa Rica, somos nicaragüenses que huimos para proteger a nuestras familias, uno no viene a pasar el tiempo, uno viene para salvar su vida, seguridad, porque los líderes están muriendo de hambre y eso que han hecho está muy mal”.
Aunque se desconocen los motivos por lo cuales fueron expulsados, únicamente lo que los afectados le dijeron a Mamá Grande, la líder miskita mencionó que “al ver que ellos no hablan español muy bien, ellos los rechazaron, son discriminados los miskitos en Costa Rica”.
Discurso antimigrante de Chaves
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, en entrevista con Andrés Oppenheimer en CNN Español, una vez más utilizó la situación de los migrantes que han llegado a territorio costarricense para quejarse y demandar ayuda económica a la comunidad internacional.
Chaves mencionó que pese a que Costa Rica “es un país que se forjó a través de varias olas de migración las del siglo XX (pasado), después de la Primera Guerra Mundial, después de la revolución española, la crisis de (Augusto) Pinochet, y (Salvador) Allende en Chile, argentinos, uruguayos, argentinos, venezolanos y a lo largo de nuestra historia el pueblo nicaragüense. Somos 5.2 millones de habitantes, y de inmigrantes no nacidos en Costa Rica calculamos que hay un millón, es decir un 20 por ciento de la población. Le hemos hecho de corazón, hemos sido un país abierto”.
Sin embargo, no dudó en señalar que actualmente el problema es “que a esos migrantes les damos escuela o educación, seguridad social, salud y seguridad pública, eso nos está costando, dependiendo de quién calcule, entre 200 y 300 millones de dólares al año, en un país que está bajo un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que significa mucha disciplina fiscal, la ola de migración de venezolanos que están yendo a los Estados Unidos a través del Tapón del Darién y la situación se nos está saliendo de las manos”.
Indicó que Costa Rica quiere seguir siendo un ciudadano global, responsable, que es amistoso, que protege los derechos de las personas, pero que “este es un problema global y no solo nosotros tenemos que asumir la factura, los países receptores de inmigración EE. UU. y Canadá deberían ayudarnos más porque si nosotros fuésemos a portarnos de una manera menos generosa es muy probable que la migración le vaya a ellos”.