El 3 de abril se cumplieron cinco años de aquel incendio en la Reserva Indio Maíz que devoró más de seis mil hectáreas. Aunque la recuperación de las tierras ha sido lenta, Fundación del Río reporta que “se ha observado un proceso de regeneración natural”, que ha permitido el rebrote de la vegetación y la incorporación de las especies en el ecosistema.
El incendio, originado por la quema del bosque, duró unos 10 días y arrasó con unas 6,788 hectáreas de bosque tropical húmedo dentro de la reserva, según el ambientalista Amaru Ruiz, presidente de la Fundación, que fue cancelada a finales de 2018, después de ser los primeros en denunciar la falta de beligerancia del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en el manejo del siniestro.
Aunque esta devastación afectó al menos el 23 por ciento de la reserva, que aún se encuentra degradada o deforestada, todavía hay un 75 por ciento que se encuentra “bien conservado”, señaló Ruiz. Sin embargo, “sigue siendo una preocupación latente, ya no solo el hecho de los procesos de invasión y avance de la frontera agrícola, sino también por la minería artesanal que se está desarrollando en al menos tres puntos de la Reserva Indio Maíz”, dijo el ambientalista.
Minería amenaza reserva
Un monitoreo de la Fundación, compartido en julio de 2022, señala que para el 2021 se identificaron 229 concesiones de minería metálica, que abarcan 2.8 millones de hectáreas y representa el 23 por ciento de la superficie territorial del país.
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Según la información plasmada en ese monitoreo, las áreas de explotación minera activadas en la reserva están en La Chiripa, cuenca del río Maíz; El Naranjo, en las cabeceras del río Indio; y en Las Cruces, en las cabeceras del río Machado, a escasos metros del puesto del Ejército y del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena).
De acuerdo con el portal reservaindiomaiz.org, la Reserva Biológica tiene una extensión de 2,639.8 km2, que son compartidos por los municipios de Bluefields, San Juan de Nicaragua y El Castillo. Indio Maíz “es considerada una de las áreas de bosque tropical húmedo mejor conservada de toda Nicaragua y Centroamérica”.
El informe detalla que la minería dentro la reserva presenta un “avance agresivo” avalada por el régimen Ortega Murillo, a través de la Empresa Nicaragüense de Minas (Eniminas).
“Las empresas mineras están en constante estrategia de convencimiento, inclusive algunas veces con apoyo de las instituciones de gobierno, prometiéndoles muy pocos beneficios y hasta recursos en efectivo a las comunidades, para lograr instalarse en sus territorios y saquear el oro. La Minería Artesanal y de Pequeña Escala (MAPE) se convierte en los frentes mineros que propician el avance de concesiones mineras industriales y en mucho de los casos disminuyen los pasivos ambientales con los que se enfrentarán estas empresas”, expone el informe de monitoreo.
Para Ruiz, lo más urgente es evitar que se expanda el trabajo de la minería en tierras que pertenecen a una reserva, como es el Indio Maíz. Aunque la presencia de invasores aquí no es igual a la que sufre la Reserva de la Biosfera Bosawas, el ambientalista también destacó que hay que mantener el cuido de estos bosques.