Durante una audiencia de oficio en el período de sesiones 186, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) escuchó a varias organizaciones víctimas de violaciones de derechos fundamentales de parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil) y el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, en representación de 53 víctimas, denunciaron los despojos arbitrarios de la nacionalidad y graves violaciones a los derechos humanos conexas en Nicaragua.
Raza e Igualdad, en representación de víctimas entre ellas Kevin Solís, Lucía Pineda y Aníbal Toruño hizo énfasis en que el régimen aún mantiene a 37 personas en las cárceles y continúan las detenciones arbitrarias. Además comentaron que a monseñor Álvarez no lo ha visto su familia desde el 9 de febrero que fue encarcelado.
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El exprisionero político, Kevin Solís, dio su testimonio, relatando cómo fue su detención por personas vestidas de civil y su traslado al Chipote recibiendo golpes e insultos y luego lo que vivió en el “infiernillo”, una celda de máxima seguridad del Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como La Modelo.
“Hubo un momento en el que sentí que estaba solo, que sentí que iba a morir, una vez me dijeron que saldría en una bolsa negra. Tengo uñas arrancadas”, relató.
Por su parte, Lucía Pineda y Aníbal Toruño se refirieron a los ataques a la libertad de expresión, a los periodistas y a los medios de comunicación independientes de los que forman parte, 100% Noticias y Radio Darío, respectivamente.
“Escuchar sus testimonios y sus planteamientos para mí, encuentro una situación de angustia frente a la necesidad de buscar alternativas, fórmulas, creatividad, para atender una situación tan difícil, compleja y absurda y tan llena de terror en la vida de ustedes y sus familiares”, dijo Esmeralda A. de Troitiño, relatora para Nicaragua.
Se dirigió a “la combinación Ortega Murillo que haga una reflexión” en su función de dirigentes de un país y en segundo lugar en su condición de seres humanos para respetar la dignidad de todos los nicaragüenses.
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Por su parte, Joel Hernández, de la CIDH, reconoció que la creación del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni) fue un ejemplo a nivel internacional por la documentación de los casos y remarcó que la última violación a los derechos humanos, contrario a toda norma internacional, es el despojo de la nacionalidad. “Nos han dicho que la nacionalidad nicaragüense la llevan en el corazón”, expresó.
Asimismo, Julissa Mantilla Falcón, relatora para Derechos de la Mujer, comentó que han monitoreado la violación de los derechos de las mujeres y recordó a la CIDH que todo esto “no es un problema de Nicaragua, es un problema de la humanidad, de la democracia”.