CONTENIDO EXCLUSIVO.
CONTENIDO EXCLUSIVO.Igual que en su primer mandato en los ochenta, en su etapa actual Daniel Ortega usó a la gran empresa, luego la acorraló, encarceló a sus dirigentes y confiscó sus bienes. Esta relación de amor y odio de más de cuatro décadas está marcada por dos diferencias: en los 80 asesinaron al presidente interino del Cosep, Jorge Salazar y ahora desterraron a tres directivos y tratan de sustituir esta red de organizaciones por una similar integrada por pequeños empresarios fieles a él.
La advertencia generalizada es que tal como ocurrió antes este nuevo enfrentamiento incidirá en el deterioro de la economía, convirtiéndose así en otros de los errores “del pasado” que antes de 2007 prometió no volver a repetir si le permitían gobernar de nuevo Nicaragua.
“El tema del cierre de las cámaras, para mí es un tiro en el pie del régimen, porque hay varias cosas que pierde. Una de ellas es que la gremialidad en general estaba tratando de que la comunidad internacional no fuera tan dura con la economía. También pierden un aliado, que aunque no fuese un aliado voluntario al final era aliado porque estaba metido en el mismo barco que es Nicaragua”, dice el analista político y exdiputado Eliseo Núñez.
Para Núñez, lo más grave no será que perderá ese “aliado”, sino que las organizaciones gremiales sirven para validar las estadísticas oficiales. “Entonces ahora los organismos multilaterales no tendrán manera de validar los números que el Estado les proporcione. De momento le van a creer al Estado, pero eventualmente, cuando haya dudas ya no habrá con quién validar. Y esto es algo que estaban haciendo, porque por ejemplo, la Cámara de Comercio publicaba cifras sobre el movimiento económico, que en general validaban lo que decía el Banco Central”, explica Núñez.
En los 80 pasaron de aliados a enemigos
El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) fue aliado importante del FSLN para derrocar al dictador Anastasio Somoza. En 1979 esta participación le otorgó escaños dentro del Consejo de Estado para cada uno de los seis presidentes de las cámaras que en ese momento lo integraban. Pero la ruptura llegó pronto. En abril del 80, la Junta de Gobierno con el voto de Ortega, Moisés Hassan y Sergio Ramírez, incrementaron de 33 a 47 los miembros del Consejo. Los 14 nuevos integrantes eran afines al sandinismo y se sumaron a los 21 que ya tenía.
Con 35 escaños contra 12 de la oposición el FSLN. El Consejo de Estado se convirtió en una aplanadora similar a la Asamblea Nacional actual. Esto provocó que el empresario Alfonso Robelo y doña Violeta Barrios de Chamorro renunciaran a sus cargo en la Junta de Gobierno. Esta quedó integrada por Hassan y Ramírez y coordinada por Ortega. Hace pocos días, Hassan y Ramírez integraron la lista de 94 personas a las que Ortega les quitó la nacionalidad y les confiscó sus bienes.
“Eran una aplanadora… y el 12 de noviembre en ausencia de Enrique Dreyfus que era en ese momento presidente del Cosep, Jorge Salazar como presidente interino fue el artífice para que los 12 diputados de la oposición en el Consejo de Estado se levantaran al unísono y salieran de la sesión. Cinco días después, el 17 de noviembre, matan a Jorge”, relató en 2012 a la revista Cosep, Enrique Bolaños (q.e.p.d.), expresidente del país y de esa organización.
También puede leer: Lea también: ¿Qué efectos tendrá el cierre de las cámaras empresariales y Cosep en Nicaragua?
Desde 2018 se comenzó a repetir la historia
En 1981, el general Humberto Ortega, jefe del Ejército Popular Sandinista, en alusión a los dirigentes del Cosep, dijo en un discurso que “van a hacer falta árboles y postes en Nicaragua para colgar a todos los burgueses, opositores, vendepatria”. El encarcelamiento y confiscación de bienes de los empresarios fue parte de este enfrentamiento.
Bolaños y el también expresidente del Cosep, Anastasio Somarriba (q.e.p.d.), explicaron en su momento que sin las acciones que realizó el Cosep en los 80 evitaron que Nicaragua se convirtiera en otra Cuba sin sentido, con una dictadura más feroz de la que tuvo. Ya que luchó por la institucionalidad y la democracia del país. “Movilizamos mucha gente con nuestras acciones, éramos la verdadera oposición al sistema de gobierno en ese momento”, aseguró Bolaños.
En la época actual, la posición de Cosep fue otra. La alianza que mantuvieron prácticamente desde el retorno de Ortega en 2007 hasta el estallido social de abril de 2018, fue estrictamente económica. Se enfocaron en hacer negocios, asegurando que esa era su función. Lo político se lo dejaron a los partidos de oposición, que igual que en los 80 también fueron aniquilados.
También puede leer: Bienes de las Cámaras y del Cosep quedan expuestos a confiscaciones en virtud de la Ley 1115
Presos, desterrados, cancelados y confiscados
Al final el resultado fue muy parecido. El expresidente del Cosep, José Adán Aguerri; el presidente Michael Healy y el vicepresidente Álvaro Vargas estuvieron presos por casi dos años. El pasado 9 de febrero fueron desterrados juntos con los 219 presos políticos a Estados Unidos y luego, mediante una resolución judicial les quitaron la nacionalidad. El 6 de marzo una resolución ministerial le quitó la personería jurídica al Cosep y a 18 cámaras que lo integraban y les confiscó sus bienes. Además algunos empresarios se han tenido que ir al exilio.
Esta ha generado el rechazo nacional e internacional y la advertencia de que esta decisión autoritaria impactará en la economía y agudizará la pérdida de la democracia. “La Unión de Cámaras hace un vehemente llamado para recuperar la democracia a través del diálogo social en Nicaragua. Y se solidariza con el Cosep que es su cámara homóloga en ese país y las otras 18 cámaras a las que el Gobierno de Nicaragua les canceló la personería”, dijo a LA PRENSA Jorge Luis Araya, director ejecutivo de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP).
La UCCAEP llamó a las autoridades nicaragüenses a reflexionar sobre el impacto negativo que traerá consigo esta situación, tanto para el desarrollo económico como social. La Unión de Cámaras es fiel al principio de fortalecimiento de la democracia y de la seguridad jurídica y ponemos de manifiesto nuestra solidaridad con el sector empresarial de Nicaragua. Es solo a través del diálogo social que es un instrumento para fortalecer la democracia, al que estamos llamados las cámaras empresariales de todo el mundo a ser defensores del mismo”, señaló Araya.
Puede leer también: Régimen cierra el Cosep y todas sus cámaras
¿Se reducirá aún más la inversión?
El economista Enrique Sáenz desde el exilio asegura que este nuevo zarpazo no es solo contra la cúpula del sector empresarial que mantuvo alianza con el régimen, sino contra todo el sector empresarial que además lleva varios años enfrentando el acoso de la Dirección General de Ingresos (DGI) y de la Dirección General de Aduanas (DGA). Además, recordó que la economía local es diferente a la Cuba que está estatizada y a la de Venezuela, que depende del petróleo.
En Nicaragua el empleo, los ingresos y la generación de divisas depende de la actividad empresarial. Por tanto, el cierre del Cosep y resto de cámaras impactará a todo el tendido de empresas. Esto a criterio de Sáenz provocará una fuerte caída de la inversión privada, que ya estaba muy reducida. Y esto se reflejará en la reducción de los empleos. “Por tanto golpea a los empresarios, pero también a las familias nicaragüenses asalariadas”.
Mientras tanto, desde el 2019 Ortega trata de preparar una nueva red de organizaciones gremiales. Esta la integran empresarios leales, reconocidos porque ganar contratos para obras estatales y municipales. Con estas pretende sustituir a las que por décadas representaron al gran capital.
Otro tema relacionado: El Cosep enfrenta el mayor reto de su historia
Nació Aprodesni y no ha crecido
En 2019 nació la Asociación de Promoción al Desarrollo y Sostenibilidad de Nicaragua (Aprodesni), liderada por Leonardo Corea Torres e integrada por cinco organizaciones. La Cámara de la Construcción, Cámara de Transporte, Cámara de Comercio y Servicios, la Cámara Agropecuaria y Ganadera y Cámara de Industria Alimentaria.
Desde su fundación la preside Leonardo Corea Torres, militante sandinista que en 2007 aspiró a la titularidad del Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI). Luego se convirtió en uno de los “mimados” del sector construcción. Consigue importantes contratos para realizar obras estatales y municipales. A pesar de su cercanía con el oficialismo la información sobre sus actividades es escasa.
En su cuenta de Twitter la última actividad reportada es de noviembre del 2022. En una de las primeras entrevistas que ofreció, Corea le dijo a la revista Confidencial: “Si dicen que Aprodesni es sandinista, o cualquier señalamiento despectivo, eso es vulgaridad”. Sin embargo, en sus tuit utilizan un lenguaje similar al oficialismo. Y su única relación internacional que reportan en sus cuatro años de existencia es con empresarios cubanos con quienes desarrollaron una feria en 2022. Tampoco han reportado el crecimiento de las organizaciones que lo integran.
Puede leer también: Aprodesni, la asociación con la que Ortega busca llenar el vacío del Cosep y Conimipyme
