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OEA, oposición, represión, Nicaragua, Daniel Ortega, presos políticos

Foto referencial. OEA.

Por qué EE. UU. quiere diálogo con Ortega fuera de la OEA. Esta es la razón

Politólogo dice que otro país solo debe ser "intermediador", "pero no puede arrogarse potestades que corresponden a los nicaragüenses"

Agotados todos los recursos diplomáticos por medio de la Organización de Estados Americanos (OEA), para reencauzar a Nicaragua por la senda de la democracia, solo quedan las relaciones bilaterales entre países, para insistir en un diálogo que Daniel Ortega no quiere, según la valoración de los críticos.

Así explican dos expertos en el sistema interamericano las recientes declaraciones del nuevo embajador de Estados Unidos ante la OEA, Francisco Mora, quien dijo que Nicaragua, al igual que Venezuela y Cuba, ya no puede ser parte de este organismo por violentar los principios de la democracia, pero su país aún tiene la intención de dialogar con Ortega.

Un politólogo que habló con LA PRENSA bajo condición de anonimato por temor a represalias, valoró que el planteamiento del embajador Mora obedece al “compromiso de Estados Unidos con los principios de la Carta de la OEA y de la Carta Democrática Interamericana”.

“Los tres países del hemisferio cuyos gobiernos no dan indicios de querer recuperar la senda democrática con apoyo del organismo mejor posicionado para ese fin, no tienen cabida en la OEA. No obstante, cabe recordar que más allá de conformar el organismo regional por excelencia, los estados miembros también mantienen relaciones bilaterales entre sí. En ese contexto suelen comunicarse con gobiernos y abordar temas de interés mutuo”, explicó la fuente.

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El experto en migración, temas políticos y diplomáticos, Manuel Orozco, coincidió con el politólogo en que Estados Unidos siempre está dispuesto a un diálogo con el régimen de Ortega, pero el problema es que él no ha aceptado la oferta.

“La razón es porque ellos no tienen nada que pedir en este momento. El régimen de los Ormu se encuentra en una posición de defensa territorial de su control monopólico y no hay nada que puedan pedir (aparte de reconocerles legitimidad de ser dictadura opresora) a cambio de diálogo o cualquier concesión, por lo que se mantienen aislados”, dijo Orozco.

Diálogo debe ser entre nicaragüenses

Pero aún con la opción de un diálogo bilateral entre países, el politólogo ve “difícil hablar de negociación” cuando se sabe que la lucha por la libertad de Nicaragua ha significado muertes, destierros y personas encarceladas por expresarse libremente.

La crisis política que vive Nicaragua tiene su origen en la represión armada contra las protestas civiles que surgieron en abril de 2018, y que dejó más de 300 personas muertas ese año, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Además, el politólogo planteó que el diálogo o acercamiento para hablar sobre el fin de la crisis política de Nicaragua debe ser entre los nicaragüenses.

“Quizás habría que hablar de acercamiento o conversación que permita acordar pasos necesarios para salir del impasse actual. Eso debe darse entre los actores que tienen poder de decisión y capacidad política en Nicaragua. Los gobiernos aliados y el resto de la comunidad internacional coadyuva, apoya, ofrece intermediación para facilitar condiciones y comunicación entre las partes, pero no puede arrogarse potestades que corresponden única y exclusivamente a los nicaragüenses. De allí que seamos nosotros quienes determinemos qué debe ocurrir para poder diseñar la hoja de ruta, pacífica y democrática, que nos lleve a recuperar la soberanía plena que garantiza nuestra Constitución”, expresó el politólogo.

Por su parte, Orozco agregó que la política exterior de Estados Unidos hacia Nicaragua es clara: “Ejercer presión sobre el régimen para reencauzarse en la dirección democrática, ofrecer sus oficios de mediador para tener un diálogo constructivo por el bien del país y visibilizar la ausencia democrática en todos los foros mundiales, para hacer que Nicaragua rinda cuentas ante sus transgresiones democráticas”.

Nicaragua y su salida de la OEA

Otro elemento que excluye a Nicaragua de la OEA es su propia salida del organismo a través de un proceso de denuncia de la Carta Democrática que inició el pasado 19 de noviembre de 2021.

“Nicaragua, al denunciar la Carta de la OEA en noviembre de 2021, y dejar de participar activamente en el organismo, reduce sustancialmente las opciones. No hay falta de voluntad del resto de los estados miembros, como sugiere la casi unanimidad de votos en apoyo a la última resolución de la Asamblea General en Lima, pero sí de parte del Gobierno de Nicaragua”, valoró el politólogo.

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Además, la fuente explicó que la OEA es un organismo intragubernamental y no supranacional, en el que “priman la diplomacia de alto nivel y los buenos oficios” y “su mayor sanción es la suspensión de un Estado miembro”.

Nicaragua agotó las etapas diplomáticas de la OEA

Para Manuel Orozco, el Estado de Nicaragua agotó todas las etapas diplomáticas que establece la Carta Democrática Interamericana, cuando un país se sale de los cauces de la democracia.

El artículo 21 llama a que si un país altera el orden constitucional, que significa una ruptura de la democracia, este debe ser suspendido, pero también estipula que la OEA debe agotar la vía diplomática, como se hizo en el caso de Nicaragua, creando fallidas comisiones de alto nivel que nunca pudieron penetrar al país para hablar con Ortega.

En noviembre de 2019, una comisión de alto nivel diplomático de la OEA presentó un informe que concluyó que en Nicaragua hay “una alteración del régimen constitucional que deteriora seriamente el orden democrático” debido a la serie de violaciones a los derechos humanos cometidos por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Tres años antes, en 2016, el propio secretario general de la OEA, Luis Almagro, trató de negociar con Ortega el “fortalecimiento de la democracia”, a través de acuerdos firmados.

En ese caso, cuando la Asamblea General, convocada a un período extraordinario de sesiones, constate que se ha producido la ruptura del orden democrático en un Estado miembro y que las gestiones diplomáticas han sido infructuosas, la OEA tomará la decisión de suspender a dicho Estado miembro del ejercicio de su derecho de participación en la OEA, con el voto afirmativo de los dos tercios de los Estados miembros. La suspensión entrará en vigor de inmediato.

Adoptada la decisión de suspender a un gobierno, la Organización mantendrá sus gestiones diplomáticas para el restablecimiento de la democracia en el Estado miembro afectado.

En el caso de Nicaragua, este país inició su proceso de salida de la OEA.

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