Demandar la liberación de su sobrino, el preso político Jaime Navarrete Blandón, le costó también su libertad al militar en retiro, Rodrigo Navarrete Vanegas, de 59 años, a quien la Fiscalía acusa ahora por el supuesto delito de “portación o tenencia ilegal de armas de fuego y municiones”.
La Policía orteguista detuvo a Navarrete Vanegas, el pasado 25 de noviembre por la madruga. Fue capturado en su vivienda, ubicada en el barrio Loma Linda en Managua, tras un allanamiento de dos horas.
El Ministerio Público acusó dos días después del operativo a Navarrete Vanegas, quien sufre de enfermedad cardiovascular, hipertensión y tiene problemas auditivos.
La jueza Roxana Katiusca Martínez Rosales, del Juzgado Octavo Local de lo Penal, lo remitió a juicio para el próximo 10 de enero de 2023, según el expediente judicial 025588-ORM4-2022-PN.
A diferencia de las acusaciones contra los últimos opositores detenidos, el régimen a través de la Fiscalía señaló a Navarrete Vanegas de un delito común, y no por “propagación de noticias falsas” o “conspiración para el menoscabo contra la integridad nacional”, delitos con los que ha perseguido a opositores y religiosos, entre ellos al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, recientemente acusado.
Navarrete Vanegas es retirado del Ejército de Nicaragua y tiene problemas auditivos, cardiovasculares e hipertensión. Es integrante de la Organización de Víctimas de Abril (OVA).
Imputan el mismo delito que a su sobrino
Al parecer el Ministerio Público repite el mismo guion que escribió contra el propio sobrino del detenido, Jaime Navarrete Blandón, quien estuvo preso en 2018, pero fue liberado en 2019 bajo el marco de la Ley de Amnistía, aunque luego volvió a ser capturado.
La primera condena a Navarrete Blandón fue de 22 años de cárcel por el supuesto homicidio de un paramilitar que andaba desmontando barricadas en barrios de Managua en junio de 2018, aunque no hubo pruebas certeras contra él, según su abogado en ese juicio.
Navarrete Blandón fue recapturado en su casa el 24 de julio de 2020, cuando salió a tomar fotos a un grupo de personas que lo estaban grabando desde un carro. Él vivía solo y su casa fue allanada por oficiales de la Policía el 26 de julio, quienes supuestamente encontraron droga y el arma. Solo hubo un testigo civil contra Navarrete, cuyos hijos le trabajan al Estado.
En febrero de 2021, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) confirmó la condena a Navarrete Blandón por “tenencia ilegal de armas y drogas”, circunscribiéndolo a un caso de delito común.