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Bukele a la reelección pasando por encima de la Constitución

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este jueves 15 de septiembre durante los festejos por la Independencia de Centroamérica, que ha decidido competir para reelegirse en las elecciones de 2024.

    El anuncio de Bukele no fue una sorpresa en El Salvador. Ni en la comunidad internacional que se interesa en los asuntos de Centroamérica y salvadoreños. Desde que tomó el poder en junio de 2019, después de la elección presidencial del 3 de febrero de ese mismo año que ganó con más del 53 por ciento de los votos, Bukele comenzó a mostrar su talante autoritario y su ambición de perennizarse en el poder. Este 15 de septiembre, al anunciar su intención de reelegirse en 2024, Bukele dijo: “De seguro más de algún país desarrollado no estará de acuerdo con esta decisión, pero no son ellos los que decidirán, sino el pueblo salvadoreño”.

La chifleta era para Estados Unidos (EE.UU.) y la Unión Europea. Sin embargo, como precisó en su edición de ayer el periódico salvadoreño El Diario de Hoy: “No es la comunidad internacional la que prohíbe la reelección en El Salvador, sino la Constitución que el mismo Nayib Bukele prometió cumplir y hacer cumplir el 1 de junio de 2019, cuando asumió el poder. Cuando lo asumió por cinco años ‘y ni un día más’, como afirma la ley máxima del país”.

Ciertamente, seis artículos de la Constitución de la República de El Salvador prohíben la reelección presidencial o se refieren a ella: el 75, el 88, el 131, el 152, el 154 y el 248. El más sustantivo es el artículo 88, que dice textualmente: “La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es indispensable para el mantenimiento de la forma de gobierno y sistema político establecidos”.
    Además, el artículo 248 de la Constitución salvadoreña establece que “no podrán reformarse en ningún caso los artículos de esta Constitución que se refieren a la forma y sistema de Gobierno, al territorio de la República y a la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República”.

Pero eso no le importa al autoritario Nayib Bukele, quien después de asumir la Presidencia de la República sometió a los poderes Judicial y Legislativo, lo mismo que al órgano electoral. Y en mayo del año pasado hizo que la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, impuesta por él, emitiera una resolución en la que se dice que el presidente puede presentarse a la reelección para el siguiente período.

Es el mismo camino que abrió Oscar Arias para reelegirse en Costa Rica y lo siguieron Daniel Ortega, en Nicaragua y Juan Orlando Hernández, en Honduras.

La reelección no es perversa en sí misma si se practica en países democráticos con instituciones sólidas. Pero otra cosa ocurre donde no hay  una institucionalidad democrática arraigada y fuerte, que sea respetada por los políticos y defendida por los ciudadanos.

En El Salvador, solo falta que Bukele elimine el sistema de elecciones competitivas y transparentes, para que ese país centroamericano se convierta en otra dictadura del siglo 21. Ojalá que los ciudadanos salvadoreños abran los ojos y se lo impidan.

COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    El show man tiene ‘fascinados’ a los salvadoreños.

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