Los 13 impactos de bala terminaron los días de Julio César Ramírez Escobar, de 36 años. El hombre fue ultimado por desconocidos la tarde del jueves, cuando estaba en su casa en la comunidad El Faro Uno, microrregión Plan de Grama, jurisdicción de Wiwilí, departamento de Jinotega.
La denuncia del crimen que terminó con la vida del hombre sospechoso de ser asaltante fue hecha por su pareja, únicamente identificada por las iniciales J.B.O.
La mujer, que tenía dos años de convivir con Julio César Ramírez, relató a la Policía que se enteró de la muerte de su cónyuge porque un vecino le avisó que en su casa había una persona muerta.
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La mujer, que minutos antes había salido para hacer un mandado, relató a las autoridades policiales que cuando ella llegó a su casa había mucha gente afuera de la vivienda y en el piso de la sala estaba muerto su marido.
Andaba robando
J.B.O. expresó que ella no le conocía enemigo a su marido, “pero sabía que andaba delinquiendo”, según la Policía.
La denunciante también habría revelado que Julio César Ramírez se ausentaba de la casa hasta dos semanas y cuando regresaba se encerraba en su habitación.
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La denunciante también habría dicho que su pareja un día amenazó con golpearla, cuando ella le preguntó sobre el rumor que circulaba entre los vecinos de que él salía a robar.
Dictamen médico
El cuerpo sin vida de Julio César Ramírez fue revisado en la escena del crimen por el médico del centro de salud de la microrregión Plan de Grama.
La muerte de Ramírez fue a causa de los impactos de bala que recibió en la cabeza.
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En el parte médico se detalla que las balas causaron un trauma craneal que desembocó en el deceso inmediato del hombre, quien fuera ultimado por desconocidos.