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CONTENIDO EXCLUSIVO.Luego de una primera mitad de temporada de más lamentos que celebraciones, los fanáticos nicaragüenses anhelan una mejoría sustancial en el accionar de Erasmo Ramírez y Jonathan Loáisiga en la segunda parte de la campaña de las Grandes Ligas que arranca este jueves.
No son estos los tiempos aquellos en los que había expectación por seguir el desempeño de Dennis Martínez, Albert Williams, David Green y Porfirio Altamirano, quienes jugaron al mismo tiempo a inicios de los años ochenta. Incluso hubo un momento de cinco nicas a la vez.
Sin embargo, la representación actual está reducida a Erasmo y Loáisiga, dos tiradores que han librado sus batallas particulares para sostenerse y brillar en el mejor beisbol del mundo y aunque en escenarios distintos, ambos tienen la misión de rendir al máximo para seguir.
En un esfuerzo magnífico, Erasmo logró reinsertarse en las Ligas Mayores luego de breves estadías en varios equipos. En Washington consiguió estabilizarse y aunque se trata de un equipo perdedor, ha desplegado su mejor esfuerzo para darle consistencia a sus números.
A la pausa del Juego de Estrellas, Erasmo tiene 1-1 y 4.26 en 32 apariciones por el box. Ha lanzado 44 innings en los que permite 51 hits, 21 carreras limpias, nueve jonrones, nueve bases y 33 ponches. En su última salida estuvo magnífico en tres innings ante los Bravos.
Ramírez debe continuar en su rol de relevista y abridor de emergencia. Ha hecho variantes en su repertorio al prescindir de su recta de cuatro costuras, su curva y cambio, para ahora defenderse con su sinker y cutter (recta cortada), disparos con los que ha salido adelante.
Es un lanzador que provoca muchas rolas por el infield y tiene siempre como arma su gran control. Erasmo ha concedido nueve bases en 44 innings, eso es un promedio de 1.8 boletos por cada nueve episodio. Magnífico. Pero poncha 33, es decir, 6.7 por juego, que es bajo.
De Loáisiga se asegura que pudo haber estado afectado desde el inicio de la temporada por molestias en el hombro, lo que probablemente incidió en afectar el comando de sus envíos. Cerró la primera etapa con 1-2 y 7.85 en 18.1 innings, con 22 hits, 10 bases y 20 ponches.
Es claro que su control no estuvo bien. Eso le da un promedio de 4.9 bases por cada nueve episodios, pero sus ponches, arrojan un average de 9.8 “fusilados” por cada nueve innings, que es estupendo. Así que necesita comenzar a recuperar terreno cuanto antes este año.
Jonathan debe continuar desempeñando un rol de mucha importancia en el bullpen de los Yanquis. Aún está en proceso de una recuperación total desde el punto de vista técnico, es decir, que pueda comandar bien sus disparos para competir bajo presión como en 2021.
Lo esencial, es que está saludable. Su velocidad está en los niveles habituales y la confianza de los Yanquis en él está intacta, tanto así que, al regresar tras 54 días lesionado, fue tirado a lanzar en un partido que estaba 1-1 contra los Rojos. Así que ahí no hay variantes.
Sin embargo, al igual que Erasmo, necesita hilar fino para conservar su puesto y demostrar que sigue siendo tan capaz como el año pasado, cuando se convirtió en el más confiable entre los relevistas de los Yanquis. Así que el reto comienza ahora para ambos nicas.
Edgard Rodríguez está en Twitter: @EdgardR