Las sociedades y los pueblos de las Américas han venido acostumbrándolos a la desinformación, con opinión e inducción incluida y a veces con tergiversación de la realidad objetiva, por lo que, uno de los propósitos de la región debe ser fortalecer la información en materia de libertad y democracia, teniendo clara la identificación de los autores de la desinformación en el siglo XXI, planteó el director ejecutivo del Instituto Interamericano para la Democracia, Carlos Sánchez Berzaín.
Sánchez explicó que desinformar quiere decir manipular la información con determinados fines, o sea “desinformar es básicamente mentir, es falsificar, porque informar, que es lo contrario de desinformar, es transmitir las cosas que están sucediendo en un marco de realidad objetiva”.
“La juventud digital llama a eso fake news (noticias falsas) que lamentablemente tienen mayor difusión de la que quisiéramos”, señaló Sánchez durante el foro “El papel de la desinformación en la cultura política de las Américas”, que se realizó el 28 de junio pasado y que se ha publicado en las redes sociales del Instituto Interamericano para la Democracia, este miércoles 6 de julio.
Dos Américas: una democrática y una dictatorial
Sánchez indicó que a lo largo de los trabajos y estudios en el Instituto Interamericano para la Democracia llegaron muy temprano a una conclusión que acaba de ser ratificada en la IX Cumbre de las Américas, en que hay dos Américas: una democrática y una dictatorial.
Manifestó que la América democrática es la fundada en la libertad, en los derechos humanos, en el Estado de derechos, en las elecciones libres, limpias, en la libre organización política.
Mientras que “en la América dictatorial, que es la expansión de la dictadura de Cuba del siglo XX, que en el siglo XXI ha tomado Venezuela, Bolivia, Nicaragua, tomó el Ecuador con (Rafael) Correa y pone presidentes y representantes, que sin lograr quebrar la democracias como en México y en Argentina, cumplen una función paradictatorial o que pretenden difundir los mensajes y las estructuras de este sistema dictatorial, como los presidentes que han llegado con esta bandera al Perú, con (Pedro) Castillo, a Chile con ( Gabriel) Boric y ahora a Colombia con (Gustavo) Petro”, manifestó.
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Sánchez señaló que estas dos Américas tienen una confrontación que abarca todo el siglo y el eje de confrontación, o sea, lo que se discute es básicamente una cuestión existencial, no es ideológica. “Hay un error cuando se dice la derecha y la izquierda, porque el socialismo del siglo XXI o el castrochavismo que personifica a las dictaduras no es izquierda y los defensores de la democracia tampoco son derecha”, apuntó.
“Porque el eje de confrontación representa la defensa de la libertad, la defensa de los derechos humanos, la necesidad de que el pueblo elija y exija a los mandatarios rendición de cuentas y buen gobierno, frente a otro grupo que, limitando los derechos y las libertades, concentra el poder para permanecer indefinidamente y corruptamente en el poder”, expresó.
Las diferencias entre quienes dirigen estas dos Américas “son de principios y valores, son existenciales y si eso tiene una ideología se le llama libertad. Libertad entendida como la posibilidad de vivir teniendo como único límite la libertad y el derecho de los demás”, añadió.
“Hay que identificar al desinformador principal”
En ese escenario, uno de los propósitos que se debe plantear “es fortalecer la información en materia de libertad en materia de democracia, teniendo clara la identificación de los autores de la desinformación en el siglo XXI, se llama socialismo del siglo XXI, se le llama castrochavismo”.
Declaró que “está dirigido por el G2 cubano, que es el centro de inteligencia de la dictadura más antigua de la región, expertos en ese proceso, operada a través de diferentes medios que han comprado en toda la región, porque se han vuelto propietarios de importantes medios de comunicación, ya sea por compra, por extorsión, por expropiación o simplemente por apropiación indebida, como ha sucedido en Venezuela, Nicaragua y como sucede en otros países”.
Asimismo, indicó que “conociendo e identificando al desinformador principal, que es este sistema castrochavista, yo creo que la tarea será más fácil”.
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Desde el Instituto Interamericano para la Democracia, Sánchez sostuvo que “defendemos la libertad, la democracia, defendemos los derechos humanos y defendemos la institucionalidad, pero no solo se trata de defender, hay que difundir esos principios y valores, y hay que educar sobre esos principios y valores, y esto quiere decir comunicar”, recomendó.
Insistió a la vez que “nuestra tarea no es oponernos a nada, nuestra tarea es difundir principios y valores que superan de lejos las imposturas y la dinámica de desinformación que como aquí se ha descrito se impone con demasiada frecuencia”.
Carlos Sánchez Berzaín, director ejecutivo del Instituto Interamericano para la Democracia (organización sin fines de lucro), es abogado, experto en Derecho Constitucional, magíster en Ciencias Políticas y magíster en Sociología, politólogo. Miembro fundador del Ateneo Jurídico Boliviano. Catedrático de Derecho Constitucional y Derecho Internacional Público. Profesor de análisis político en Maicop, Universidad de Salamanca, España 2011-1013. Profesor y miembro del claustro académico de la maestría Maicop en Asesoría de Imagen y Asesoría Política de la Universidad Camilo Joseph Cela, España.
Ha patrocinado causas históricas en Bolivia, en defensa de las libertades fundamentales y el control constitucional.