Franklin Fernando Juárez Mayorga, de 40 años, quien fue capturado en abril pasado por la Interpol (Policía Internacional) en Belice, admitió haber matado a golpes a su pareja, quien estaba embarazada.
Juárez huyó durante seis meses de las autoridades nicaragüenses, quienes lo habían circulado a nivel nacional e internacional. El 9 de abril fue detenido en Belice y enviado a Guatemala para su expulsión y entrega a Nicaragua.
La víctima fue Jackeline Nohemy Soza Pérez, de 32 años, a quien Juárez golpeó y para asegurarse su muerte la estranguló. El crimen ocurrió en la casa que compartía la pareja el 24 de agosto de 2021, en Rosita, Caribe Norte de Nicaragua.
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El forense determinó que Jackeline murió a causa de trauma craneoencefálico severo.
Falta debate de pena
El pasado 25 de mayo, durante una audiencia, Juárez dijo a su abogado que admitiría los hechos.
“Lo que voy a decir es la verdad, ninguna autoridad policial ni de juzgado ni mi abogado me están obligando ni coaccionando para que declare, estoy de acuerdo con admitir los hechos, no fui obligado ni amenazado para hacerlo”, dijo Juárez ante la jueza Especializada en Violencia de Siuna, Jazohara Zamora Rivera.
Luego agregó: “Yo reconozco la actuación en contra de Jackeline Nohemy Soza Pérez”. La judicial dio legalidad a la admisión de hechos declarando culpable al acusado, pero reprogramó el debate de pena (donde la Fiscalía y la defensa argumentan y solicitan los años a los que será condenado el imputado), porque la defensa manifestó que faltaba un dictamen médico sobre la salud de su cliente.
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Por tanto, el debate de pena fue programado para el próximo 15 de junio. El fiscal recordó que los padres de la víctima viajan desde Rosita y Río Blanco hasta Siuna para cada audiencia, por lo que pidió que los resultados estuvieran listos para el día de la audiencia.
Ciclo de violencia
Por este caso, en octubre pasado hubo anticipo de pruebas, es decir, declararon cuatro testigos, esto se realiza cuando los declarantes viven lejos de los juzgados, en este caso testificó la menor hija de la víctima y su abuelita, quienes residen en Río Blanco. Además de un hermano de Jackeline y su papá, quienes hallaron el cadáver de la mujer y vieron por última vez al sospechoso del crimen.
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La hija de la víctima contó toda la violencia que su mamá recibía de parte del acusado, por esa razón la menor se fue a vivir con su abuelita a Río Blanco.