Obesidad, el problema más allá de lo estético  

Desde 1975 la obesidad se ha triplicado en todo el mundo, de acuerdo con cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para el año 2016 se estimaba que el 39 % de las personas adultas, de 18 o más años, tenían sobrepeso, y el 13 % tenía obesidad, lo cual representa cerca de 650 millones de obesos.  

Según la OMS, el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad; y si bien es cierto, es una relación que deja por fuera otros aspectos importantes en la salud, nos brinda la información necesaria para ejercer acciones en beneficio de la salud.  

Y lejos de ser un problema de apariencia, existe evidencia científica que sustenta el efecto deletéreo para la salud, pues condiciona una enfermedad crónica, progresiva, que afecta aspectos biológicos, psicológicos y sociales de la vida de un individuo. Se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, de un incremento en la mortalidad y de una disminución en la calidad de vida. 

Desde el punto de vista ginecológico, es importante reconocerla como causa de muchos de los trastornos hormonales. El tejido adiposo debe ser considerado como un tejido endocrino por su producción hormonal y porque interviene en una delicada regulación neuroendocrina, siendo manifiesta por el variado mosaico de receptores. Y si nos vamos a desmenuzar el problema desde sus orígenes, la obesidad condiciona una tasa de producción de andrógenos elevadas, niveles mayores de testosterona libre, así como mayor cantidad de estrona, lo cual tiene su efecto en otros tejidos favoreciendo así la pérdida del equilibrio natural del cuerpo. 

Es frecuente encontrar pacientes que presentan alteraciones en el patrón menstrual, que son tan variados que van desde meses sin presentar menstruación hasta ciclos en los que el sangrado es tan fuerte que amerita uso de protectores con gran poder de absorción o su recambio frecuente. Otras alteraciones cada vez más frecuentes asociadas a este problema de salud son las enfermedades del endometrio, capa más interna del útero o matriz, en la que el aumento de estrógenos condiciona alteraciones en las células que conllevan enfermedades como Hiperplasias Endometriales o incluso el propio cáncer.  

Además de todo lo expuesto anteriormente, la obesidad nos pone en mayor riesgo de presentar otros tipos de cáncer como meningioma, adenocarcinoma de esófago, riñón, endometrio, ovario, tiroides, seno (mama); hígado, vesícula biliar, estómago, páncreas, colon y recto, entre otros más. Es por esta razón que todas las asociaciones de salud en el mundo han lanzado una campaña de concienciación de este flagelo de la salud, pues modificaciones en nuestros estilos de vida son primordiales para evitar estas enfermedades. 

Si sufres de esta enfermedad, acércate a un equipo multidisciplinario calificado que pueda orientarte de forma integral, y realice acompañamiento periódico siempre tomando en cuenta tu salud como pilar fundamental. 

Vida Índice de Masa Corporal Obesidad OMS archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí