Luis Rosas, director general de la Liga Primera, y Javier Salinas, encargado del proyecto de la Selección Nacional para el Mundial 2026, pretenden mexicanizar el futbol nicaragüense, a criterio de varios dirigentes y jugadores. Acuñan el término de “mexicanización” por el “pacto de caballeros”, que durante años decidió el futuro de los jugadores aztecas violentando los derechos, y que supuestamente se está implementando en la Liga Primera, perjudicando a los futbolistas nacionales o extranjeros.
¿Qué es el pacto de caballeros?
El “pacto de caballeros” se aplicaba en el futbol mexicano cuando un contrato de un jugador está por terminar o había vencido. Los dueños o presidentes de los equipos ofrecían la renovación o si el jugador ya no quería seguir negociaban su transferencia a otro club para obtener una compensación económica a cambio de su libertad. Si el futbolista no estaba de acuerdo porque quería cambiar a un club de su propia elección, los dueños tenían un acuerdo verbal para vetarlo y ningún club aceptaba contratarlo.
De acuerdo con diferentes directivos hay tres casos puntuales de jugadores que se les aplicó el pacto de caballeros y ante la opinión pública lo disfrazaron de traspasos. El colombiano Yhon Mosquera había sido dado de baja en el Real Estelí en enero de 2021 y para jugar en el Diriangén hubo un acuerdo entre directivas. “Tengo entendido que hubo dinero de por medio y de lo que sí estoy seguro es que había una cláusula que si jugaba ese torneo contra Estelí debían pagar cinco mil dólares”, explica un dirigente cercano al convenio.
LA PRENSA tiene conocimiento de tres casos de jugadores que están sin contratos y sus clubes no les dieron las bajas y finiquitos para irse al equipo de su elección. Un futbolista, que prefirió omitir su nombre para evitar represalias —como sucedió en el futbol mexicano cuando se implementaba este mismo pacto secreto—, se sorprendió por la negativa de los dirigentes al solicitar su libertad. “Deciles al equipo que te está buscando que estás dentro de los jugadores protegidos, los directivos de cada club están enterados y saben cómo funciona porque eso lo manejamos entre presidentes de cada club”, le respondió el dirigente al jugador.
En el Clausura reciente, indicaron desde Diriamba que Lucas dos Santos y Justing Cano estaban sin contratos en el Managua, pero tuvieron que hacer un acuerdo entre directivos, sin especificar detalles. “Aquí claramente los directivos están haciendo mal en escuchar a los mexicanos, eso es del siglo pasado y desfasado. No tendrá éxito a menos que los jugadores por miedo no digan nada, pero si se unen no habrá nadie que los obligue a someterse ante eso, y la Federación está en la obligación de protegerlo”, afirman el exdirigente conocedor del estatuto del jugador.
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Un directivo confirmó que la Liga Primera solicitó una lista de 10 a 12 jugadores por club que serán protegidos en caso de que otro equipo desee contratarlos, es decir, los futbolistas por los cuales el otro conjunto deberá negociar, aunque no tenga contrato vigente.
Señalaron que el “pacto de caballero” se confirmó de forma permanente el pasado 14 de febrero en una reunión realizada en Managua. De los nueve representantes de clubes de la Liga Primera, porque Madriz descendió a la Liga de Ascenso, asistieron seis. Uno de los presentes aseguró que la reunión la estaban dirigiendo Rosas, Salinas y Reynaldo Mairena, presidente de la Asociación Nicaragüense de Clubes de Futbol (ANCF), que es el órgano rector de la primera división. “Solo ellos hablaron, ellos dirigieron todo”, afirma uno de los participantes.
LA PRENSA llamó a Rosas para conocer su versión sobre los señalamientos de directivos y jugadores y negó todo. “Te informaron mal. No hay ningún pacto de caballeros. Simplemente se está llegando a acuerdos para ciertos temas de transferencia de jugadores. Las bases de competencias son claras, todo lo que no está en base de competencia no existe. Todo lo aprobado está ahí. No hay ninguna lista de nada, las transferencias están, el jugador es libre de irse donde quiera, siempre y cuando no tenga contrato. No existe ningún pacto”, afirma el mexicano.
Violación al estatuto del jugador de la FIFA
Un jugador sin contrato puede negociar con el equipo de su elección al finalizar la temporada o iniciar las conversaciones seis meses antes que termine el contrato. El futbol mundial funciona así desde 1995 que se aprobó la Ley Bosman por el caso del futbolista belga, que sin tener contrato vigente con su club anterior querían forzarlo a fichar por otro que los directivos habían arreglado sin importar si estaba de acuerdo o no. A pesar de esa ley, esa práctica se mantuvo vigente en el futbol mexicano hasta 2021 cuando por fin intervino la FIFA por presión del sindicato de jugadores.
“Eso funcionó en México durante años y FIFA se hizo de la vista gorda porque México le genera millones de dólares. En Nicaragua no va a ser igual, porque no es la misma industria, más bien si llega una denuncia a la FIFA puede usar a la Liga Primera para marcar un precedente. Si a un jugador sin contrato no le quieren dar la baja y finiquito, debe mandar una carta al equipo con copia a la Federación solicitando su baja de oficio y explicando la razón. En este caso, debe poner qué le han dicho los directivos cuando ha solicitado su baja para que la Federación llame a reunión o si el caso es tan claro no llama a nadie y le entrega su baja”, explica un exdirectivo que conoce sobre el estatuto del jugador que es la instancia a la que acude un futbolista cuando sus derechos son violentados.
LA PRENSA contactó a José María Bermúdez, secretario general de la Fenifut, para saber si tenía conocimientos al respecto, pero no atendió llamadas ni mensajes.
La Liga Primera avaló el traspaso de dos jugadores por equipo al finalizar el Apertura, sin embargo estos debían contar con el aval de la otra directiva para inscribirse. En el reciente Clausura se dieron varias transacciones con jugadores con contratos vigentes. En algunos casos las directivas se llamaron para contar con su consentimiento y en otros el jugador llegó con todos sus papeles. “Si hay un jugador con contrato vigente y otro equipo lo quiere, es legal que negocie entre directivos sin perjudicar al jugador. Por ejemplo, Bernardo Laureiro tenía contrato con el Diriangén, sin embargo ya no lo querían y lo dejaron ir a Jalapa. Tengo entendido que le pidieron dinero a Jalapa para que lo firmara, pero es un equipo sin recursos y solo le firmaron su baja, le pagaron todo su contrato porque era el club (Diriangén) que no querían tenerlo. Eso está bien, lo que es ilegal que un jugador sin contrato no le den su carta de libertad si es lo que desea”, explica una dirigente que maneja el estatuto del jugador.
¿Qué se sabe de los tres jugadores que estaban libres y los directivos tenían que negociar? Uno de ellos no ha definido su futuro y le han aconsejado que meta su carta a la Federación de futbol para solicitar su baja de oficio. Los otros decidieron quedarse en sus mismos clubes porque al final les ofrecieron mejores contratos para retenerlos.