Después de caer a un cauce, de aproximadamente tres metros de profundidad, y ser arrastrada por las corrientes varios kilómetros, hasta el lago Xolotlán, de Managua, Julissa Miranda López, de 30 años, está viva. La mujer dice “que Dios le dio una nueva oportunidad de vida”.
Cubriéndose el cuerpo con una toalla, porque no resiste ponerse ropa por los raspones que tiene en la espalda, Miranda, habitante del barrio La Primavera, de la capital, cuenta que después de caer al cauce ella quedó inconsciente.
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“Cuando yo me desperté estaba en el centro de la playa (lago Xolotlán) abrazada a un pedazo de poroplast y no se miraba nada alrededor”, relató Julissa Álvarez, quien la noche anterior (sábado) durmió en la casa de unos ancianos que le dieron albergue.
Salió de arrastrada
Julissa Álvarez a quien su familia buscó infructuosamente la tarde y noche del sábado, relató que al verse sola en medio del lago comenzó a nadar en busca de la costa que está a unos 300 metros del sitio donde ella recuperó la conciencia.
“Yo me cansaba al nadar, pero a como pude llegué a la costa del lago, donde unos ancianos me auxiliaron”, relató la mujer, a quien una vecina que estudia enfermería asistió en las primeras horas de las mañana de este domingo.
Julissa Miranda quien vive en una casa forrada con zinc asegura que ella cayó al cauce de manera accidental, pues resbaló cuando regresaba a su casa que está a unos 100 metros del lugar del percance.
Sorpresa mañanera
David Tórrez, pareja de Julissa Miranda, contó que mientras ellos la buscaban en el sector donde desemboca el cauce de La Primavera, la mujer salía del lago por el lado de Villa Vallarta, es decir, un poco más hacia el oeste.
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La pareja de Julissa Miranda considera que entre el momento que la mujer cayó al cauce y el instante en que ella asegura haber despertado habría transcurrido cuatro horas, porque cuando recuperó la conciencia en medio del lago eran como las cinco de la tarde.
David Tórrez señaló que al amanecer del domingo, cuando se disponían a reanudar la búsqueda en el lago Xolotlán, Julia Miranda llegó por cuenta propia a su casa, aunque quejándose de dolor por los golpes y raspones que tiene en la espalda y extremidades inferiores.