El Pueblo se dosificó todo el juego y cuando apretó un poco hizo daño a la Azul y Blanco. En los minutos iniciales quiso conocer qué traída y cuando sorprendió Byron Bonilla con un potente disparo de larga distancia para el 0-1, presionó más arriba y subió el volumen ofensivo hasta conseguir el empate antes de finalizar el primer tiempo. En el complemento la superioridad futbolística de su plantel le permitió imponerse 3-1 con tranquilidad.
La Azul y Blanco dejó dudas en su funcionamiento colectivo este jueves en su gira por México. El Puebla, que usó de inicio a cinco titulares, era una prueba más exigente que los juveniles del Necaxa y la idea de juego ofensivamente sigue opaca. El Fantasma Figueroa prometió atacar mucho y hasta la fecha no se observa nada. Los manos a manos o desbordes de los volantes, a excepción de una jugada de Juan Barrera (24′) y Bonilla (68′), que terminaron en tiros de esquina, son escasos. Nadie más se atreve a desequilibrar y los laterales tampoco desbordaron por la banda.
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Bonilla lo intentó todo el partido y dejó algunas destellos como su disparo lejano del 0-1. Jaime Moreno ganó un balón dividido, el rebote le cayó al granadino (33′), quien avanzó dos metros y tuvo confianza para rematar desde casi 20 metros superando al arquero Jesús Rodríguez. El Puebla presionó otra vez, robó el esférico y Marvin Fletes derribó en el área al uruguayo Maximiliano Araujo. George Corral (43′) convirtió en gol el penalti.
El carrusel de cambios de la Azul y Blanco pasó inadvertido. Nadie brilló. El Puebla dio descanso a los cinco titulares por otros habituales y suplentes para garantizar un cierre tranquilo. Una triangulación en el área terminó en gol de Martín Barragán (62) y Guillermo Martínez (87) de penalti cerraron el marcador. El equipo nacional termina su gira ante Atlético San Luis este domingo.