En una guerra se libran mil batallas y la de Joaquín Acuña se lleva la máxima condecoración. Se puede señalar el trabajo de Murilo Brolo, la reacción crucial de la ofensiva con Willy García, el bateo incómodo de Jiandido Tromp o la respuesta de Roger Bernadina en el momento clave. No obstante, lo de Acuña fue de otro nivel por la importancia de la situación. Octavo episodio, bases llenas y solamente un out. Además, en el cajón de bateo estaba el veterano Luis Alen, alguien acostumbrado a estar bajo presión. Acuña lo resolvió con un elevado a la segunda, mientras humedecía la pólvora de Isaac Benard al ser retirado en un fly al campo corto. Esos dos outs fueron los que igualaron la guerra a 2-2 triunfos por bandos y permitió que en el cierre del episodio León se desatara con dos carreras para ganar 9-7.

El encuentro se desarrollaba silencioso con Murilo Brolo haciendo una extraordinaria labor monticular, inutilizando a los Gigantes con ocho ponches en cinco entradas y solo dos imparables, mientras la ofensiva leonesa carburaba con cuatro carreras para su abridor. Sin embargo, en el sexto episodio se le cayó el piso y los Gigantes demostraron su furia con siete anotaciones que convirtieron la ciudad metropolitana en un velorio. No obstante, una reacción leonesa en el cierre del sexto de dos carreras, una en el séptimo y dos más en el octavo giraron bruscamente la pizarra para que Junior Téllez salvara su segundo desafío y atara en el noveno a la ofensiva rivense.
Gustavo Martínez fue la contraparte de Acuña y perdió el desafío en dos tercios de inning. Por León los más destacados fueron: Jiandido Tromp con tres imparables, tres anotadas y dos impulsadas; Willy García con tres impulsadas y tres imparables entre ellos dos dobles; Alay Lago respondió con dos imparables al igual que Juan Carlos Torres. Por parte de los Gigantes destacaron: Cheslor Cuthbert con tres inatrapables al igual que Garabez Rosa, entretanto Isaac Benard ligaba dos.
