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David Ortiz es el cuarto pelotero dominicano en ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown. LA PRENSA/ARCHIVO

David Ortiz hacia Cooperstown, mientras puertas se cierran para Bonds y Clemens

Uno de los bateadores con mejor sentido de la oportunidad, David Ortiz, acumuló gran cantidad de batazos en los momentos cumbres de los juegos

David Ortiz, un potente artillero zurdo que se especializó en impactar cuando más importaba en los grandes desafíos, al extremo de ser decisivo en tres campeonatos de la Serie Mundial conquistados por los Medias Rojas de Boston, fue seleccionado para ingresar al Salón de la Fama del beisbol de las Grandes Ligas en Cooperstown.

Bateador de 541 jonrones y con diez participaciones en Juegos de Estrellas, Ortiz es el cuarto jugador dominicano en recibir tan elevado homenaje. Se une a Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero Sr., quienes ya están en el campo de los inmortales. Ortiz ingresará durante una ceremonia a realizarse el 24 de julio próximo.

“Big Papi” fue el único pelotero seleccionado en la promoción del 2022 con 77.9 por ciento de los votos. Para entrar es necesario aparecer en el 75 por ciento de las boletas. Barry Bonds, el máximo jonronero de la historia y Roger Clemens, uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos quedaron a la orilla. Bonds con 66 por ciento y Clemens con 65.2.

Tanto a Bonds como a Clemens, los afectó su vínculo con el consumo de esteroides, aspecto que logró esquivar Ortiz, quien apareció en un reporte publicado por The New York Times en el que se aseguraba que Ortiz dio positivo durante una prueba experimental realizada por las Grandes Ligas en 2003 antes de establecer su política antidopaje.

Ortiz también se impuso al rechazo que sufren los bateadores que han sido utilizados mayormente como designados, pero la solidez de sus números, su figura carismática y no haber dado positivo en los últimos trece años de su carrera cuando se castigaba a quienes fallaban, le dieron el empujón necesario para convertirse en figura legendaria.

Firmado por los Marineros de Seattle en 1994, fue transferido a los Mellizos de Minnesota en 1997 y ese mismo año hizo su debut en las Grandes Ligas en el mes de septiembre. Bateó .323 en 49 turnos y sin llegar a mostrar nada extraordinario, fue dejado en libertad a finales del 2002. En 2003 firmó con Boston y ahí comenzó su historia.

Ese fue el primero de diez años con 30 o más jonrones y 100 o más remolques, con diez participaciones en Juegos de Estrellas y campeonatos de la Serie Mundial en 2004, 2007 y 2013, siendo el Más Valioso de la última. Ortiz resumió .455 en clásicos de otoño y sus jonrones en momentos cruciales son inolvidables para los aficionados.

El 24 de julio en Cooperstown, Ortiz, quien cerró con .286, 541 jonrones y 1,768 empujadas, se unirá junto a Jim Kaat y Tony Oliva, con los también fallecidos Bud Fowler, Gil Hodges, Minnie Miñoso y Buck O’Neil al sitio de más grande honor al que pueden aspirar los peloteros: el Salón de la Fama en Cooperstown, Nueva York.

Bonds y Clemens podrían recibir alguna oportunidad por los comités que han sido formados para evaluar períodos determinados en la historia del beisbol, pero no a través de los escritores del beisbol. Igualmente quedaron cerca, pero fuera Scott Rolen (63.2) y Curt Schilling (58.6). Schilling estaba en su último chance.

Deportes David Ortiz Medias Rojas de Boston archivo

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