Hacer ejercicios, comer más saludable, dejar algún vicio, empezar a ahorrar… Esos son los propósitos que se repiten en estas fechas, y si bien gran parte de las personas que se los plantearon inician a trabajar en ello, muy pocas concluyen el año sosteniéndolas.

¿Por qué desistimos de nuestros propósitos iniciales? Los factores pueden ser muchos, y variar en cada caso, pero hay uno que se repite: no planificamos o no nos organizamos para garantizar que podamos cumplir esa meta a lo largo del año.

Entonces, para garantizar que esto no te pase, una vez tengás definido el propósito que perseguirás en 2022, preguntate: ¿por qué hasta ahora no he podido?, ¿qué necesito para cumplirlo?

Si tu objetivo es empezar a ahorrar, es clave identificar qué comportamientos habituales sabotean tu intención. ¿Muchas comidas fuera?, ¿muchas compras por impulso?, ¿siempre te dormís y terminás gastanto en taxi? Probablemente no vas a poder cambiar todos esos comportamientos de tajo, pero sí es posible dar seguimiento a uno de ellos y centrarte en trabajarlo hasta que deje de hacerle daño a tu bolsillo.

De forma paralela, identificá qué cosas puntuales debés hacer para cumplir el propósito. Por ejemplo, preparar recetas fáciles y rápidas para llevar al trabajo, programar un débito automático a tu cuenta de planilla, o vender cosas que no utilicés para reunir el mínimo para abrir una cuenta de ahorros, entre otros.

Cuando tengás claro todo esto, no hay quién te detenga, pero queda una última cosa por hacer: poner por escrito tu plan de gastos de cada semana, quincena o mes (según la forma en la que recibás tus ingresos). ¿Por qué? Porque esta es la única manera de garantizar que cada centavo se use de forma coherente con tu objetivo trazado.

Para mantener el entusiasmo inicial es vital que conforme pase cada mes, evalués qué hiciste bien y qué podés mejorar en aras de cumplir tu meta, pues no hay mayor motivación que ver los frutos de tu esfuerzo. ¿Querías ahorrar US$10 el primer mes y lograste ahorrar US$12? ¡Excelente! Eso indica que lo estás haciendo muy bien y debés felicitarte por ello.

Asimismo, evitá caer en la monotonía y cada mes ponete un reto o plan diferente. Si el primer mes trabajaste en las comidas fuera, el segundo mes trabajá en los gastos en taxi, y el siguiente en los gastos en chivería, de manera que cada mes haya novedad, evitando así que tu objetivo se vuelva una tarea aburrida.

El impulso para lograr la meta que te propongás solo podés mantenerlo vos. ¿Iniciamos?