Muchos de los presos políticos que mantiene el régimen de Daniel Ortega encerrados en las celdas de Auxilio Judicial conocida como el nuevo Chipote, padecen de algún tipo de enfermedad crónica que agrava su situación de salud y pone en riesgo su vida e integridad física.
Los familiares de los presos políticos han denunciado que todos han perdido peso. Entre 20 y 50 libras, algunos de ellos. Entre los que se encuentran en una situación más compleja por su edad y padecimientos crónicos es el jurista José Pallais, quien ha sido uno de los críticos más activos contra Daniel Ortega.
Pallais tiene 68 años y es un paciente diabético e hipertenso. También tiene problemas cardíacos, obesidad, apnea del sueño, glaucoma y problemas en su columna. El pasado mes de diciembre, su esposa Jilma Herdocia confirmó a LA PRENSA que Pallais tenía llagas en su espalda por dormir en una silla, ya que no tienen una cama en su celda.
Por su parte, el excanciller Francisco Aguirre Sacasa de 77 años es hipertenso y su familia ha denunciado que no le dan sus medicamentos y cuando le dan alguna pastilla, no le indican de qué medicina se trata.
A la defensora de derechos humanos, María Oviedo, la detuvieron un día después de practicarse una cirugía menor, por lo que su médico le recomendó reposo.
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Mientras que a la familia del exvicecanciller Victor Hugo Tinoco le pidieron una tobillera para tratarse un esguince que se habría hecho en la celda. “¿Cómo se va a hacer un esguince si se supone que está en una celda?”, reclamó su hija Cristian Tinoco.
El gerente general de LA PRENSA, Juan Lorenzo Holmann, también ha tenido problemas de salud durante su detención. Holmann había sido intervenido quirúrgicamente en marzo del 2021 tras haberle diagnosticado un problema severo en la válvula mitral del corazón.
En agosto de ese año, antes de ser detenido, Holmann debía asistir a chequeo médico porque también tiene un problema en la aorta, pero no pudo ir. De hecho, su esposa Chrystal Munguía denunció en octubre que había sufrido un desmayo en la celda.
Por otro lado, Holmann tiene una mancha negra en su ojo derecho, del cual ha sido operado en varias ocasiones por desprendimiento de la retina y hasta ahora no ha recibido atención necesaria.
En una situación similar está el exdiplomático Edgard Parrales, de quien su esposa Carmen Córdova ha expresado que padece de múltiples enfermedades y necesita practicarse un examen de colonoscopia con urgencia.
Parrales tiene 79 años y requiere de medicamentos específicos y seguir una dieta recomendada por especialistas para prevenir una situación de gravedad. Padece de colon irritable, diverticulósis, tiene una hernia y otros padecimientos por su avanzada edad.
Hospitalizados
El exdiplomático Mauricio Díaz Dávila ha sufrido de infecciones en los oídos y en la piel, según dijo su esposa Dina Medrano tras hacerle una visita en octubre.
Según Medrano, su esposo estuvo internado y canalizado dos días en la clínica de Auxilio Judicial. Díaz también padece de hipertensión e hipertrofia prostática, que se trata de un crecimiento del tejido de la próstata que presiona la vejiga y uretra, impidiendo la salida de la orina.
También ha tenido problemas para conciliar el sueño, tuvo una infección intestinal y le diagnosticaron polineuritis, que es una enfermedad del sistema nervioso.
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De igual manera, la opositora Nidia Barbosa se encuentra en una situación difícil según han denunciado sus familiares. Barbosa, integrante de la Alianza Cívica, fue detenida el seis de noviembre de 2021 y desde entonces se han agravado sus problemas cardíacos y ha estado hospitalizada en al menos tres ocasiones.
“El dos de diciembre la encontraron en la celda casi muerta y la trasladaron al hospital inconsciente, la reanimaron. Si la hubieran llevado cinco minutos después, ella hubiera muerto, hubiera tenido una muerte súbita”, expresaron familiares bajo condición de anonimato.
El artículo 176 del Código Procesal Penal, establece en su numeral tres que todas las “personas valetudinarias o afectadas por una enfermedad en fase terminal debidamente comprobada”, se les deberá cambiar el régimen de prisión preventiva a domiciliar.
Aunque los familiares de varios reos han solicitado el cambio de la medida carcelaria amparados en este artículo, el régimen de Daniel Ortega ha ignorado las peticiones.
El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian A. Nichols, manifestó el pasado mes de diciembre que al gobierno de Joe Biden le preocupa “la salud y la situación infrahumana” en la que se encuentran los reos políticos.