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El origen griego de Jano, el dios de enero

Dicen los mitólogos y mitógrafos que, salvo excepciones, cada dios griego tiene su equivalente en la mitología romana. Por ejemplo, Zeus es Júpiter, Hera es Juno y la griega Afrodita es la Venus romana.

En algunos casos, como el de Apolo, tiene el mismo nombre en las dos grandes mitologías que están en el sustrato de la cultura occidental.

Jano es uno de los dioses que se dice es exclusivo de la mitología romana. Pero al parecer esto no es completamente cierto.

Jano era el dios protector del Estado. A él se debe el nombre del mes de enero (ianuarius) y se le festejaba el primer día de cada mes, pero sobre todo en el primer día del año.

Le decían Janus Bifronte porque tenía dos caras, una adelante y la otra atrás. Con una miraba al pasado y con la otra al futuro y por eso conocía todo lo que había ocurrido y sabía lo que estaba por suceder.

Jano era el dios de las puertas. Este culto se originó cuando los romanos raptaron a las sabinas, porque estaban solos y necesitaban formar familias. Los hombres sabinos los siguieron para tratar de rescatarlas y estaban a punto de tomarse la estratégica colina Capitolina, cuando Jano salió por una de las puertas de Roma y provocó una corriente de agua hirviendo que dispersó a los enemigos de los romanos.

Cuando los ejércitos romanos andaban en las guerras, las puertas del templo de Jano permanecían abiertas por si acaso tendría que salir para proteger a la población.

El mitógrafo francés Jean Francois Michel Noël es uno de los que dicen que Jano es de origen griego. Citando al historiador romano Aurelio Víctor, refiere que Creúsa, hermosa hija de un rey de Atenas llamado Erecteo, fue seducida por Apolo y resultó embarazada. Creúsa fue a Delfos para alumbrar a su hijo, al que llamó Jano y lo dejó al cuidado de las sacerdotisas de Apolo.

Erecteo casó a Creúsa con Xifeo, quien como no podía tener hijos fue a Delfos para consultar al oráculo de Apolo. El oráculo le dijo que debía adoptar al primer niño que encontrara al salir del templo y resultó que a quien encontró fue a Jano, el hijo de su esposa Creúsa.

Cuando Jano llegó a la edad adulta fue a colonizar tierras de Italia y fundó una ciudad que llamó Janícula. En esa época el dios Urano (Saturno para los romanos), bajó a vivir en la tierra y llegó a Janícula, donde Jano lo asoció a su reinado.
Saturno dio a Jano la facultad de ver al pasado y el futuro, para lo cual lo dotó de dos caras, una adelante y la otra detrás. Atendiendo las enseñanzas de Saturno, Jano logró que la gente saliera del salvajismo y pasara a la civilización.

Después de su muerte Jano fue llamado dios de la paz y el rey Numa Pompilio le erigió un templo en Roma, cuyas puertas eran abiertas en tiempos de guerra y cerradas en los períodos de paz.

Y además, las estatuas de Jano señalaban el número 300 en una mano y el 65 en la otra, indicando así la medida del año.

Opinión año nuevo dios de enero Jano archivo
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