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Un periódico en la cárcel

Para comenzar es preciso aclarar que no es lo mismo un periódico encarcelado que un periódico en la cárcel.
Un periódico encarcelado es aquel cuyas instalaciones físicas están ocupadas y secuestradas por una fuerza policial que no permite su normal funcionamiento y publicación. Tal es el caso de LA PRENSA de Nicaragua, que además es el único país en el mundo donde no hay un solo diario escrito.

Un periódico en la cárcel, en cambio, es el que se produce dentro de un recinto penitenciario, algo que es realmente extraño y mucho menos frecuente que el caso del periódico encarcelado.

Extraño pero cierto. En el Centro Penitenciario de Burgos, España, los mismos presos –con el asesoramiento de periodistas profesionales– producen un periódico titulado La Voz del Patio, destinado al consumo de los reclusos y del personal penitenciario, pero también de otras personas interesadas.

La publicación del periódico es cuatrimestral, en formato tabloide, de 24 páginas a todo color y un tiraje regular de 6,500 ejemplares. Es financiado por la Fundación Caja de Burgos y la Fundación la Caixa, con el aval de las autoridades del Centro Penitenciario.

El propósito de la publicación no es solo informar a los reclusos y personal carcelario sobre los temas de su particular interés. También se pretende que sea una herramienta para desarrollar las habilidades y capacidades de los presos. Y sobre todo, para promover los valores fundamentales que son indispensables para su reintegración social y laboral al salir de la cárcel.

Con ese fin el contenido del periódico de los presos de Burgos no se limita a cuestiones internas del penal. En cada edición se abordan temas externos importantes y colaboran personalidades de distintos ámbitos sociales y culturales.
Es emocionante saber que mientras en algunos países encarcelan a periodistas, y hasta a los periódicos, hay uno en el que se facilita en la cárcel la libertad de información y de expresión, que es la estrella de todas las libertades y derechos de la persona humana.

Se dice a menudo que los presos, en particular los políticos y de conciencia, son personas libres a pesar de estar encarceladas porque su pensamiento, sus ideas y sus aspiraciones de libertad no pueden ser encerradas en celdas ni hundidas en mazmorras.

Eso es cierto. Pero además es grandioso que se una a ello la posibilidad real de que los presos puedan en la cárcel ejercer su derecho humano a la libertad de información y expresión.

No sabemos si hay otros países donde se produzcan periódicos de presos dentro de las cárceles. Pero en todo caso, es deseable que el ejemplo de Burgos con el periódico La Voz del Patio, se siguiera en las demás democracias que procuran avanzar en su fortalecimiento institucional incluyendo la humanización de los regímenes penitenciarios.

Editorial Cárcel Nicaragua periódico archivo
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