Virus del Papiloma Humano, un enemigo silencioso que podemos prevenir

Virus del Papiloma Humano

LA PRENSA/ iStock

Mucho se ha hablado del Virus del Papiloma Humano (VPH), un virus de doble cadena de ADN cuyo primer descubrimiento en 1950 fue realizado mediante una microscopia electrónica al analizar una muestra de papiloma de piel. No obstante, no fue sino hasta 30 años después que el profesor alemán Harlad Zur Hausen logró establecer la relación causal de algunos tipos de VPH con el cáncer de cérvix, descubrimiento que le hizo merecedor al premio Nobel en 2009.

El VPH hoy por hoy es la infección de transmisión sexual más frecuente en el mundo, estimándose que al menos el 80 por ciento de los jóvenes antes de los 30 años habrán estado en contacto con algún tipo de VPH. Existen cerca de 200 genotipos distintos de VPH, de los cuales, solo un tercio tiene la capacidad de infectar al ser humano.

VPH de “Bajo” y “Alto” riesgo

De los que son capaces de infectar al ser humano podemos identificar dos grupos principales, los llamados de “Bajo Riesgo” en los que se engloban algunos que no tienen la capacidad propia para producir enfermedades malignas (cáncer) y estos los podemos observar en distintas partes de nuestro cuerpo como verrugas.

Por el otro lado, existe el grupo de VPH “Alto Riesgo” en los que se ha logrado demostrar que tienen la capacidad de adherirse a nuestras propias células y cambiar la información genética de las mismas, y con esto confiriendo la posibilidad de desarrollar un cáncer.

Un proceso de años o décadas

Gracias a las innumerables investigaciones relacionadas con el VPH, ahora somos capaces de conocer la historia natural de la infección, logrando que la mayoría de los individuos —cerca del 80 por ciento— sean capaces de neutralizar la infección y con esto eliminar el riesgo de una enfermedad asociada.

Del 20 por ciento restante, sabemos que tienen que pasar por un proceso que en ocasiones toma años o décadas desde su infección hasta desarrollar una enfermedad maligna y es aquí donde las estrategias globales y nacionales se han enfocado para disminuir la enfermedad, siendo pilares fundamentales la citología cervicovaginal (Papanicolaou, PAP), el análisis molecular para detección de VPH y la colposcopia.

Así podés prevenir un contagio

Ahora que sabemos que el VPH es el agente causal de cáncer de cuello uterino, vagina, vulva, ano, pene, faringe, cavidad oral, entre otros, está en nosotros la prevención del mismo.

Nuestra primera barrera es la vacuna. ¡Sí!, ya existe una vacuna que puede evitarnos la infección por aquellos virus de mayor riesgo. La vacuna ha demostrado ser segura en hombres y mujeres desde los 9 años hasta los 45 años, con un rango de eficacia que varía dependiendo de la edad de la aplicación del esquema.

La segunda estrategia para evitar la infección es el uso de preservativo, que tiene la capacidad de protegernos no solo del VPH, sino también de otras infecciones de transmisión sexual.

Nuestro tercer eslabón es la visita anual con tu ginecólogo para identificar de forma temprana la infección. Si te surgen dudas al respecto, no dudes consultarlo con un experto.

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