Jonathan Loáisiga tiene el antídoto contra Tampa Bay. Parece estar vacunado contra el caos porque su capacidad de resolver problemas es instantánea. Otra vez el nicaragüense entró en acción cuando el desafío estaba en la balanza del bien y del mal. Entró en el séptimo episodio con dos corredores sobre las bases, dos outs y bateando el hombre más peligroso de Tampa, Brandon Lowe, quien había sembrado minas en el partido anterior para derribar por aplastamiento a los Mulos. En cuatro lanzamientos lo había evaporizado en un elevado de foul en la tercera base.
En el inning siguiente Loáisiga recibió un imparable de Arozarena, fue un pellizco a la pelota que quedó cerca del receptor y éste incapaz de tirar a primera cedió el inatrapable. Arozarena le causó dolores de cabeza al nicaragüense robándose la segunda base. Luego con tres lanzamientos dominó en elevado al central a Wander Franco, pero Arozarena hizo piza y corre, colocándose a 90 pies del plato con solamente un out. En ese momento de mucha tensión para Loáisiga demostró su temple al ponchar al temible Nelson Cruz. Al dominicano lo trabajó con picheos rompientes y cuando lo tenía domado le clavó el sinker en la zona de adentro para hacerlo polvo. Cerró su formidable actuación en ese octavo inning contra Austin Meadow en un batazo a las manos de Aaron Judge.
El Bombero culminó la temporada regular con cifras impresionantes: 2.17 en efectividad, 9-4 en ganados y perdidos, con 69 ponches en 70.2 entradas, permitiendo solo tres jonrones en 57 desafíos.